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Trans_Zen 12-ago-2009 17:21

Familias disfuncionales
 
La familia disfuncional: cómo reconocerla y buscar ayuda


Ser buen padre o buena madre es una tarea difícil. Es un trabajo diario que nunca termina. Es tal vez la tarea más ardua que realizará cualquiera de nosotros; porque implica estar mentalmente sano y dotado de paciencia en extremo. Se necesita saber satisfacer las propias necesidades con los propios recursos y tener, además una pareja que lo/la apoye a uno en el proceso.

Es sorprendente comprobar que en nuestra sociedad existe una sutil, pero cierta, exigencia que consiste en que, por el hecho de crearse un nuevo grupo familiar, sus miembros están obligados socialmente a criar a sus hijos de una manera "sana y exitosa" --- whatever that means….

Se espera que una vez constituida una familia, ésta, por sí sola pudiera lograr o debiera alcanzar el propósito señalado. Tal vez por esto, es que los jóvenes se lanzan poco precavidamente a formar nuevas familias, sin conocimientos o sin orientación.


Experiencias nutritivas y saludables


Pero, también es cierto que siempre se ha insistido en lo difícil que es ser padres, especialmente en los tiempos actuales.

De manera general puede afirmarse que las habilidades, las destrezas y competencias que cada pareja puede exhibir en la compleja tarea de ser padres y educar, depende muy importantemente del conjunto de experiencias nutritivas y saludables que cada miembro de la pareja, pueda haber tenido en su propia práctica de hijo/a dentro de una determinada familia.

Es como si cada uno de nosotros, en base a las costumbres de la niñez, dentro de nuestra familia, haya ido grabando su propio disco duro mental construyendo ese necesario padre/madre interior protector, habilidoso que en la vida adulta se va a exponer para guiar y formar a los hijos propios.

Pero no todas las personas tienen la suerte de grabar un disco duro mental saludable y creativo, que le sea efectivo más adelante para cumplir su rol paterno.

Es más, una gran mayoría de personas, de acuerdo a los resultados que vamos observando diariamente en los medios de comunicación, ha grabado un impresionante conjunto de mensajes contradictorios, confusos, defectuosos, negativos y poco sanos, que llevan al fracaso en la tarea encomendada: la de criar hijos sanos y felices --- por esa razón el mismo ciclo desacertado se perpetúa.


Una familia ineficiente y problemática


Cuando esto ocurre con ambos miembros o con los familiares cercanos, decimos que se ha creado una familia disfuncional, es decir una familia ineficiente, problemática, que no funcionará bien, porque no sustenta, no escucha, no incentiva, critica y manipula y por lo tanto: una familia que no realizará sus objetivos.

Una familia disfuncional tiene diversas características específicas, investigadas por los terapeutas familiares y otros especialistas en la materia.


Revisemos algunas de las características más centrales de estas familias:


1º.Dentro de una familia disfuncional existe una incapacidad para reconocer y satisfacer las necesidades emocionales básicas de cada uno de sus miembros; aunque pueda existir el deseo de encargarse y proteger a los niños, no se sabe o no se entiende claramente cómo hacerlo en una forma natural y espontánea. Ambos padres o uno de ellos se siente íntimamente presionado a cumplir con su tarea, y tal presión interna se convierte en ansiedad, en desasosiego y exigencias hacia el propio niño para que cumpla su desarrollo de acuerdo a lo que los padres esperan y no de acuerdo al ritmo natural evolutivo propio. Cuando esta presión interna es muy intensa y persistente, los participantes caen en la desesperación que suele convertirse en castigos físicos y/o malos tratos psicológicos que dañan profundamente la psiquis del niño o joven. Que lo confunden, lo angustian y lo atemorizan. Porque el niño necesita oír a su alrededor voces acogedoras, tiernas y tranquilas.


2º Los miembros de una familia disfuncional, generalmente son personas psicológicamente rígidas, exigentes, críticas y desalentadoras; que no pueden, no quieren, o no saben reforzar y recompensar cálidamente los logros paulatinos de los niños y premiar sus esfuerzos, si este se comporta bien. Seres que piensan, rígida y equivocadamente, que es deber del propio niño cumplir correctamente y a tiempo todas sus operaciones.


3º Siendo personas rígidas, éstas adoptan gestos, aficiones e intereses que tratan de imponer a toda costa a los demás miembros, mientras asignan cerradamente sus criterios a los demás destruyendo la comunicación y la expresión natural y personal de cada uno y con ello, anulan su desarrollo como persona.


4º Tampoco saben cómo discutir abierta y naturalmente los problemas que aquejan al grupo familiar y se recurre, entonces al mecanismo de negar u ocultar los problemas graves. Se imponen sutil o abiertamente prohibiciones o tabúes dentro del grupo, se desarrolla una sobreprotección melosa que impide que el niño pueda aprender de sus propios errores. El sentimiento de fracaso de los padres en su tarea puede llevarlos, y muchas veces lo tienen de antes, a un vacío interior y a un estado de angustia que suelen paliar a través de consumo de tranquilizantes, alcohol o drogas, o a comportamientos adictivos, como son el trabajo excesivo, el comer en exceso, o la actividad sexual promiscua --- lo que, por sí, sólo agrava el problema. Cuando el vacío es mayor, y se produce un distanciamiento anormal y el abandono real del niño, la familia se quiebra y se descompone y se pierden los objetivos vitales.


Desorden de roles y sentimiento de abandono emocional


5º Dentro de una familia disfuncional se produce un desorden y confusión de los roles individuales, llegándose a una real inversión de papeles por lo cual los padres se comportan como niños y éstos recibiendo exigencias de adultos, se siente obligados a confortar a sus inmaduros padres y al no lograr hacerlo, los niños se sienten culpables de los conflictos de los mayores.
Se esfuma así la inocencia, la creatividad, la transparencia de la niñez y se desarrollan actitudes de culpabilidad, fracaso, resentimiento, ridículo, depresión, auto-devaluación e inseguridad ante el mundo social que les rodea.


6º Cuando un niño se desarrolla dentro de una familia disfuncional lo que más siente es el abandono emocional y la privación. Cuando esto sucede, el niño responde con una vergüenza tóxica muy arraigada que engendra ira inicial, ya que no hay nadie que lo acompañe y se dé cuenta de su dolor. En estas familias los niños sobreviven acudiendo a todas las defensas de su ego y su energía emocional queda congelada y sin resolver.


7. Cuando los padres toman conciencia que contaminan sus vidas con arranques de ira, reacciones exageradas, problemas conyugales, adicciones, paternidad inadecuada, miedos y relaciones dolorosas y nocivas, tienen que asumir conscientemente sus propias limitaciones como personas y buscar ayuda en otras personas sanas, ya sean familiares o amigos o terapeutas que tengan condiciones personales para ayudar de manera segura y eficaz.
Entendemos por personas sanas aquéllas que entre otras características saben escuchar, aceptan sin juzgar, son claras, y en las relaciones, no son competitivas ni generan mensajes conflictivos.

..............................
La familia disfuncional, la dinamia de los grupos y sus aplicaciones prácticas (IV) - Monografias.com
http://www.fobiasocial.net/nacidos-para-sufrir-32353/

usuarioborrado 12-ago-2009 17:34

Respuesta: Familias disfuncionales
 
"Todo comportamiento absurdo tiene su prehistoria en la infancia temprana" (Alice Miller - Por tu propio bien)

Trans_Zen 12-ago-2009 17:46

Respuesta: Familias disfuncionales
 
:cool:
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 208438)
"Todo comportamiento absurdo tiene su prehistoria en la infancia temprana" (Alice Miller - Por tu propio bien)

joder citas a Alice Miller!, exacto, ella pensaba que todas los niños que sufrían algun tipo de abuso o carencia en la infancia, fruto de familias disfuncionales y conflictivas, desarrollaban sin excepción algún tipo de "trastorno" o "patología", desde la esquizofrenia a un trastorno de personalidad o una neurosis. (justo ayer me contaba mi psico)

Pero claro muchos otros psicólogos están empeñados en negar este extremo, y la putearon mucho.

Existe un libro de esta autora, cuyo título traducido al español sería algo así como " Te joden vivo", mas gráfico imposible.

Otro día hago un post sobre triangulaciones perversas, teoría de los apegos,..etc. (aunque ya veo que Caín está en sintonía y se me ha adelantado por sus mensajes publicados ¿causalidad?) Tus mensajes no tienen ningún desperdicio, a ver si los puedes reunir en un solo post.

http://www.fobiasocial.net/creeis-qu...s-padres-1707/

berenice1984 12-ago-2009 18:04

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Así es mi familia, y lo peor de todo es que yo era la pequeña, a quien joder por no poder defenderse.

usuarioborrado 12-ago-2009 18:26

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Si, creo que estamos en sintonia Trans_Zen. Voy a ver si leo tus mensajes.

El problema es que yo me expreso muy mal, lo entiendo pero me cuesta después explicarlo, por eso suelo poner directamente las citas.

He leído varios libros de Alice Miller, el de "Te joden vivo" no lo he leído, y me han ayudado mucho a entender mi problema y el de mi familia, una familia encubiertamente narcisista, como las clasifican en Psicopatía y Narcisismo: Características de la Familia Narcisista

El otro día me decía un forero que es muy fácil echar la culpa a tus padres, yo creo que es justo al revés, e incluso como ellos lo saben, se aprovechan de la relación familiar, porque sino fueran familiares no les habríamos aguantado ni una décima parte.

Un saludo.

CAPA 12-ago-2009 19:05

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Muy buena la info, yo también crecí en una familia disfuncional y creo que le debo mucho de mi fobia social, describe prefectamente el vínculo que tuve con mi madre.
Aunque ese informe habla solo de la autoridad despótica y pienso que la sobreprotección también puede ser disfuncional

usuarioborrado 12-ago-2009 20:24

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Algunas frases que he ido apuntando de los libros de Alice Miller:

"El que un ser humano ande en busca o se muestre "ávido" de afecto será siempre un indicio de que está buscando algo que nunca tuvo y no de que se niega a renunciar a algo porque durante su infancia lo tuvo en exceso".

"A un ser humano le es difícil concebir algo monstruoso si no lo ha experimentado de algún modo en carne propia. Pero resulta que tendemos a trivializar las experiencias infantiles". (Yo creo que no sólo a concebir sino a experimentar de nuevo. No se si viene al caso, pero mi teoría de las mujeres maltratadas es que en su infancia ya experimentaron algo parecido, y les resulta "familiar")

"En la edad adulta no se avanza nada recurriendo a los reproches, la indignación o los sentimientos de culpa, sino comprendiendo la situación y el contexto" (Que quede claro que no se trata de venganza, sino de entender lo que pasó)

"El auténtico perdón no bordea la rabia sin tocarla, sino que pasa a través de ella. Sólo cuando pueda indignarme por la injusticia que cometieron conmigo, cuando advierta el acoso como tal y pueda reconocer y odiar a mi perseguidor como tal, sólo entonces se me abrirá realmente la vía del perdón. La ira, la rabia y el odio reprimido dejarán de perpetuarse eternamente sólo cuando la historia de los abusos cometidos en la primera infancia pueda ser revelada. Y entonces se transformarán en duelo y en dolor, ante la inevitabilidad del hecho, dejando, en medio de ese dolor, cabida a una verdadera comprensión".

"Si un adulto ha tenido la suerte de rastrear hasta sus origenes la injusticia personal y específica que sufrió en su infancia, y vivirla con sentimientos conscientes, él mismo se dará cuenta con el tiempo -y mejor sin ningún tipo de asistencia religiosa o pedagógica-, de que en la mayoría de los casos sus padres no lo torturaron ni lo maltrataron mal por puro placer o exceso de energía o de vitalidad, sino porque no podían hacer otra cosa, dado que ellos mismos fueron alguna vez víctimas y, por consiguiente, creían en los métodos tradicionales de la pedagogía".

Trans_Zen 12-ago-2009 20:45

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por CAPA (Mensaje 208455)
Aunque ese informe habla solo de la autoridad despótica y pienso que la sobreprotección también puede ser disfuncional


Sobreprotección: Amores que asfixian





Los primeros seis años

Padres sobreprotectores piensan que a mayor cantidad de cuidados, mayor es el afecto que entregan a sus hijos. ¡Gran error! El exceso de preocupación les dificulta el desarrollo de su personalidad.

Por instinto los papás tienden a proteger a sus hijos. Los ven pequeños, dependientes e indefensos y sienten la necesidad de abrazarlos cuando lloran, de prevenirlos de los peligros, de mostrarles lo que pueden y no pueden hacer, de atender a sus problemas cuando están tristes.

También se preocupan de que les pueda ocurrir algo: cuando duermen, especialmente si es recién nacido, se acercan a comprobar si respira bien; ante una fiebre, consultan al médico y curan sus heridas cuando caen. Es lo normal de un padre hacia su hijo.


Proteger más de la cuenta

Muchas veces, sin embargo, la atención normal se transforma en aprensión y algunos padres demuestran una preocupación excesiva. y más que proteger a los hijos los sobreprotegen.


¿Cómo? Cuidándolos más de la cuenta.

Viven pendientes minuto a minuto de las necesidades del niño: si tiene hambre, si el clima está muy frío para él, si es hora de vestirlo, si se puede caer, si le toca bañarse...

Se desvelan al verlo triste o enfermo. No entienden que a veces prefiera estar solo en su pieza.

Cuando llega la edad de las obligaciones escolares, son los primeros en sentarse a hacerle las tareas. El resultado: niños caprichosos, habituados a una vida hecha, siempre protegidos, llenos de límites y recomendaciones. No llegan a conocer lo que es frustrarse ni tener contratiempos. Las responsabilidades, si las tienen, son compartidas.


¿Mal nacional?

Con mayor o menor intensidad es acertado decir que en Chile se tiende a sobreproteger a los hijos. "Casi como parte de nuestra idiosincrasia", afirman algunos. Muy distinto a otras culturas, como la norteamericana, donde la educación incentiva a los niños la autonomía des- de sus primeros años de vida. Basta recordar la sorpresa de algunas mamás locales cuando vuelve la amiga chilena que partió becada con el marido y cUyo hijo de dos años ya sabe comer solo, no usa pañales, toma la leche en vaso, y en general participa mucho más de los quehaceres diarios.

En nuestro país, en cambio, las mamás y muchas veces también las empleadas, exageran en atenciones y mimos, mucho más allá de lo conveniente para el desarrollo de la madurez e independencia de los niños.

"Uno lo puede ver en los colegios- asegura la educadora de párvulos M. Clara Valencia: Hay una tendencia generalizada a empequeñecer a los niños. Los padres exigen a sus hijos menos de lo que corresponde a su edad; no los dejan asumir responsabilidades para que vayan adquiriendo autonomía. Y los ven como niños aunque hayan entrado a la universidad".


Así llegamos a esta realidad:

- Niños de seis años que hay que vestir todas las mañanas para que no lleguen tarde al colegio.

- Muchos a los siete años todavía toman la leche en biberón.

- Niños que nunca ordenan sus cosas porque "para eso está la mamá". .Escolares de diez años que esperan a la mamá para hacer juntos las tareas.

- Niños que almuerzan sólo lo que les gusta comer.

"Y los padres contemplan estas situaciones sintiendo que es lo normal en hijos que reciben mucho cariño", explica la psicóloga infantil Carmen Birke. Agrega: "Para ellos, amor y mimo son proporcionales, ya mayor cantidad de cuidados, mayor es el afecto que creen expresarle a sus hijos. No saben que al sobreprotegerlos de esa manera no les están ayudando a ser niños fuertes, seguros e independientes. Por el contrario, le están impidiendo un desarrollo armónico e ideal de su personalidad".


Cariño imprudente

Si se analiza las actitudes en que caen los padres sobreprotectores, éstas se pueden resumir en las siguientes premisas:

- No exigen a sus hijos de acuerdo a la edad que tienen.

Entre los 0 y los 6 años se deberían vivir una serie de etapas de crecimiento, desde caminar, dejar el chupete, comer solo, sacarse los pañales, hasta pasar de biberón a taza...Son avances que los padres sobreprotectores no alientan a sus hijos, a veces por comodidad, pero también por no exigirles. "Pobrecitos, si son tan chicos todavía", se les oye decir. Y dejan huella: porque el niño que no tuvo la necesidad de esforzarse de chico tiene dificultades para hacerlo cuando es mayor.

- Impiden que los niños asuman sus responsabilidades.

"Mamá es hora de que me vistas", "hoy me tienes que bañar", " ¿quién me va a ordenar mis juguetes?"...

Cuando los padres acostumbran a los hijos a hacerles todo, los niños se acostumbran a no hacer nada. Para la mamá puede ser más rápido y cómodo porque se asegura que las cosas quedan bien hechas -según ella-, pero es necesario irle traspasando responsabilidades al niño de a poco, dejarlo que se equivoque. Sólo con la práctica de hacer cosas va a poder desarrollar habilidades y adquirir hábitos.

- No educan hijos autónomos.

A los seis años, los niños adquieren sus primeras responsabilidades escolares. Importante es que se involucre. Hay que enseñarles desde el principio que es su responsabilidad y no de los padres el que lo cumpla.


Otro error frecuente

- Quieren solucionarle todos sus problemas. Los padres sobreprotectores no soportan la idea de que sus hijos sufran o experimenten frustraciones. Y si se les pierde un juguete, la mamá puede pasar la tarde buscándolo, mientras el "pobrecito" pasa la pena viendo televisión. Después, cuando pelean con algún amigo, es la mamá nuevamente la que hace de árbitro para enmendar la relación.

Así es difícil que el niño aprenda a reaccionar correctamente frente a situaciones de conflicto. Además, hay que recordar que en esta edad son los juguetes y los amigos, pero después los problemas son más complicados.

- Frenar los ímpetus de independencia. Para los niños de esta edad -sobre todo a los dos años cuando les viene una arremetida de independencia-, la vida es una aventura y si constantemente se les está mostrando el peligro y los riesgos que supone el salir a explorar, van adquiriendo una actitud temerosa y negativa frente al mundo. "Abríguese, que se puede resfriar", "cuidado con el perro que lo va a morder", "no se suba ahí que se puede caer". El freno permanente sobre los hijos los lleva a ir perdiendo confianza en sí mismos.


Causas frecuentes

Son varias las causas que pueden motivar a los padres sobreprotectores. Las más frecuentes son enumeradas por la psicóloga Carmen Birke:

- Los padres que han tenido un modelo de padres sobreprotectores, en cierta medida tienden a repetirlo porque es el único que conocen.

- Los padres no quieren repetir la falta de cariño que les tocó experimentar a ellos y se van al extremo opuesto de darlo todo y no exigir nada.

- Padres con alguna experiencia traumática previa que los hace adoptar una actitud sobreprotectora para evitar una repetición.

- El caso de padres adoptivos que buscan compensar la falta de paternidad biológica desviviéndose por el niño.

- Padres mayores que cumplen la tarea de abuelos regaladores más que educadores.

- Padres de un hijo único en quien concentran atenciones, cuidados, mimos, y todo el tiempo del que disponen.

- Padres con sentimiento de culpa: cuando el trabajo los mantiene gran parte del día lejos de la casa, compensan la ausencia con mimos excesivos, "pobrecito cómo lo voy a retar cuando estoy con él, si apenas lo veo".

Todos ellos son malcriadores. No asumen la educación del niño como un fierro que hay que forjar.


El otro extremo


¿Cómo saber cuánto se le puede exigir a los niños y cuándo hacerlo?

Así como se cae en sobreproteger a los hijos y se les asfixia con atenciones, la balanza puede irse al otro extremo donde los padres aceleran el proceso de crecimiento más allá de lo que les corresponde.

Ellos los impulsan a realizar las cosas solos y si los ven tímidos reaccionan fuerte: "Tienes que aprender a nadar antes que los demás", "vamos, salta sin miedo".

Ni tanto ni tan poco. Para educar no hay reglas ni recetas. Todo depende del niño, de su ambiente familiar, su personalidad, si tiene hermanos, su ubicación entre ellos...

Hay que observar... Saber si son felices o no, lo que pueden hacer, qué les cuesta más, qué les gusta.

Cada hijo es distinto y por ende hay que exigirle a su medida. Al que es más regalón y está siempre pidiendo ayuda o que le hagan las. cosas, hay que ir enseñándole a hacer por sí mismo, de a poco y con paciencia, para que vaya adquiriendo autonomía.

Al hijo independiente, en cambio, que dice que es grande y puede hacer sus cosas solo, dejarlo crecer, proporcionándole también la seguridad que siempre necesita.




http://www.guaydil.com/es/index.php?...ulos&Itemid=86
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Uno de los más grandes yerros en que puede caer el padre de familia dentro del proceso de crecimiento de sus hijos es llegar a la sobreprotección, a esa sobreprotección que asfixia, que ahoga al niño y al adolescente, que no le permite evolucionar a su ritmo ni alcanzar la pronta autonomía que sin duda resulta ser el éxito del crecimiento personal. Decimos esto porque por alguna extraña razón hemos recordado dos casos que se suscitaron hace ya algún tiempo, allá por inicio del año lectivo, y que sin duda hablan de lo que un padre no debe hacer frente al desarrollo evolutivo de sus hijos.


Me comentaba una directora de jardín de infantes que por ahí cuando arrancaba el año escolar, el día en que su establecimiento llamaba a clases a niños de maternal (2 años) llegó una madre con su pequeño, lo llevaba cargado, lo acariciaba frecuentemente y no dejaba de apapacharle. Llegó el momento crucial cuando debía la mamá dejar al niño para que se iniciaran las actividades. Obviamente lo esperado, lo lógico en un momento así, el pequeño lloró y ella volviéndose hacia la educadora, le dijo: “Está muy chiquito, es mucho para él. Me lo llevo nomás”.

Por esos mismos tiempos el noticiero matinal que suelo escuchar todos los días por la radio, revelaba otra realidad no menos penosa. En esa apertura que a ratos inoficiosamente hacen de sus micrófonos, un padre de familia de una aspirante a primer curso de la Facultad de Medicina de la universidad, decía protestando: “Cómo es posible que hoy se exija tanto y se cierren oportunidades para que los alumnos vayan a la universidad. A mi hija la obligan a estudiar veinte páginas para que sobre ello dé una prueba de conocimientos…” Y seguía el padre quejándose de, en su criterio, la implacable e injusta exigencia para quien aspiraba a que algún día ejerciera la Medicina.

Dos extremos de una realidad, dos caras de una misma moneda. El querer que para los hijos las cosas sean fáciles, que no lloren cuando pequeños y que pasen por la vida sin ninguna demanda por pequeña que fuere alcanzando metas y objetivos.

En ambos casos equivocación fatal pues con ello se niega no solo la capacidad de adaptación del ser humano sino la inteligencia que este tiene para crecer y construirse sobre sí mismo. El que sobreprotege sin duda hace más daño que bien, sin duda corta alas y rompe toda posibilidad de desarrollo autónomo, opaca, disminuye potencial de aquel por quien vela.

Ojalá, estimados lectores, que estos dos casos aislados, engarzados por una misma equivocación, nos ayuden a reflexionar en el hecho importante de que el ser humano requiere para crecer, primero libertad, luego confianza en sí mismo y respeto del entorno afectivo en el que crece.

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Vamos que se pude anular, reprimir o asfixiar todos los potenciales de un hijo de mil formas. :S

En un documental sobre Fs se hablaba de este tipo de padres asfixiantes, no ya sobre protección, sino la negación de la propia individualidad, se le niega que pueda tener derecho a pensar, tener ideales propios, sentir emociones (se les suele negar las emociones y conductas negativas con el " no tienes derecho a enfadarte, no tienes derecho a quejarte"), mostrar enfado, ira, tristeza, disconformidad, etc. Es el "hijo objeto", una posesión más. Este tipo de represión sutil va minando la personalidad del infante lentamente...y en la adolescencia suele explotar con algún tipo de neurosis.

Estos padres trasladan una serie de esquemas cognitivos trágicos: "si lo vas a hacer mal no lo hagas" "para equivocarte mejor ni lo intentes" y todos esos dogmas entran en conflicto directo con la espontaneidad, la creatividad, el derecho a equivocarse, ensayo-error. Hijos apocados, inhibidos, pusilánimes, temerosos, dependientes, son la consecuencnia directa.

miss eira 12-ago-2009 21:13

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Yo, también, provengo de una familia disfuncional y creo que este hecho marca de por vida.

El punto del mensaje ,que ha escrito Trans_Zen, con el que más me identifico es con el sexto.

Trans_Zen 13-ago-2009 14:36

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Tenía ganas de compartir la teoría de las triadas y triangulaciones perversas/sádicas, términos que por fin pueden explicar lo que estoy sufriendo en carnes propias sin saber desde entonces de que trataba el jueguecito, solo lo intuía, pero nadie me explicó cuales eran las "reglas" exactas, he tenido que descubrirlo por mi mismo, porque en cualquier tipo de maltrato psicológico la víctima queda sumida en un estado de confusión, queda noqueada, y le parece que este mundo esta plagado de psicópatas, hasta en la propia familia.


ESTRUCTURA FAMILIAR Y TRIANGULACIONES




Lealtad familiar: Delegación.

El concepto de Lealtad es un tema central en la obra de BOSZORMENY-NAGY. Este autor ha desarrollado la "Terapia contextual" esta es una modalidad no directiva que: propiciando la comprensión y confianza mutuas favorece el diálogo entre los miembros de la familia y, por consiguiente, el cambio. Su tesis central es que las perturbaciones de los individuos y las familias son la manifestación y consecuencia de un desequilibrio entre el dar y el tomar de ahí, el objetivo de equilibrar el "registro de méritos", tema que consideraremos en el apartado siguiente.

La lealtad es un sentimiento de solidaridad y, compromiso que unifica las necesidades y expectativas de una unidad social "la familia" y los pensamientos, sentimientos y motivaciones de cada miembro.

Se considera que el individuo está inserto en una red de lealtades multipersonal. Dentro del contexto de esta red estructurado, se exige que cada persona cumpla las expectativas y obligaciones del grupo.

La dinámica familiar se vuelve más transparente en cuanto se descubre quién está ligado a quién por una lealtad abierta o encubierta y lo que esto significa para las personas así vinculadas. Los síntomas de un individuo son la expresión de su lealtad hacia la familia y, por consiguiente, debe evaluarse como un aporte positivo.

Dentro del sistema familiar, la lealtad puede entenderse como la expectativa de adhesión a ciertas reglas y la amenaza de expulsión si se transgrediesen. Por tanto, la estructura psíquica de un individuo es una internalización de expectativas y percepciones lealmente aceptadas.

La lealtad es la clave para comprender la "delegación" y los consiguientes descarrilamientos.

La persona a quién se delega algo es enviada, pero a la vez está ligada a la familia por la larga cuerda de la lealtad. Las personas delegadas prueban su lealtad cumpliendo conscientemente la misión que les han encomendado, y la realización de la misión asignada origina sentimientos de autoestima.
Las "misiones encomendadas a los hijos", pueden satisfacer diversas necesidades de los padres. Puede ser que "se envíe" al hijo adolescente delegado a tener aventuras de diversa índole, generalmente para vivenciar una época de frenesí que, por diversos motivos, los padres no fueron capaces de vivir. 0, tal vez, el hijo delegado ayuda a sus padres a superar aspectos prácticos de la vida, les brinda apoyo, libra sus batallas y busca información para ellos. También es posible, que las personas delegadas sean puestas al servicio del autoideal de los padres, y así, deberán llegar a ser famosos atletas, científicos, artistas, etc. que los padres no llegaron a ser. En otros casos, el hijo delegado debe incorporar en su personalidad los aspectos negados y rechazados de la personalidad de los padres que éstos puedan tener esos aspectos rechazados a una distancia segura pero observable.

El conocimiento de los procesos de delegación permite entender por qué un delegado obediente y tratable se convierte de pronto en un sintomático obstinado y desafiante. El sintomático (por ejemplo, una niña con anorexia nerviosa) ha descubierto que el "supercumplimiento" de su tarea es un arma, un medio para castigar a los delegantes; si esa conducta no merece aprobación, por lo menos suscita una atención e interés constantes. Ahora bien, es importante comprender que los procesos de delegación no se producen en una cadena "lineal" del delegante al delegado sino que, en cambio se despliegan de manera circular. Esta característica significa que el delegado suele beneficiarse con el rol central que ocupa en la familia lo cual hace comprensible que haya resistencias para abandonar ese rol..

No obstante, la delegación en sí misma no es necesariamente patológica. La delegación se vuelve problemática cuando las exigencias no son adecuadas a la edad del niño. Además, las delegaciones causan dificultades cuando el niño queda expuesto a uno de estos tres tipos de conflicto:

a) Conflicto entre dos o más misiones incompatibles: se pide al hijo qué sea un "niño" complaciente, dependiente, etc., y al mismo tiempo, un deportista duro, de éxito.

b) Conflictos de lealtad: con frecuencia la misión de un delegante choca con la misión del otro. En los casos extremos, el niño recibe de cada progenitor misiones conflictivas que anulan o destruyen al otro.

c) Conflicto que se traduce en diferencias irreconciliables de valores entre los delegantes parentales y el medio social circundante. Un ejemplo típico es la exigencia de los padres: "No nos dejes nunca", mientras que la sociedad exige: "Independízate!".



Podemos diferenciar dos tipos de delegados:


A- DELEGADOS VINCULADOS.

Los delegados vinculados pertenecen a familias en las que predominan las fuerzas centrípetas". El hijo queda "ligado" de forma intensa y prolongada, en el grupo familiar. La separación de sus padres se retrasa. Por otro lado, desarrolla un fuerte sentimiento del deber. Siente que la supervivencia psicológica de sus padres "depende exclusivamente de él", lo cual trae como consecuencia una intensa culpa ante el solo pensamiento de iniciar, por su parte, una separación.

Los delegados vinculados deben cumplir misiones que los mantienen en el centro del campo de tensión de la familia. Entre esas tareas se encuentra, por ejemplo, la de dar significado a la vida de un padre que envejece, o puede dársele la tarea de continuar la vida de un hermano que haya muerto joven, cumpliendo las esperanzas y expectativas que los padres habían depositado en el hijo perdido.

Muchos casamientos precipitados pueden comprenderse como intentos (que acaban, generalmente, en fracaso) de evadirse de una ligazón demasiado fuerte a los padres y a la familia.

La ligazón significa, también, una a privación para el ligado. Esto es así, ya que quedan subdesarrolladas sobretodo las capacidades de imponerse y de conformar su vida de modo autónomo.

B- DELEGADOS EXPULSADOS.

Los delegados expulsados pertenecen a familias en las que predominan las fuerzas centrífugas". En estos casos se acelera la separación de los padres; la consecuencia es, a menudo, una autonomía prematura.

Los delegados expulsados padecen otros tipos de exigencias excesivas. El hijo experimenta, de parte de sus padres u otras personas de referencia centrales, más que nada frialdad, rechazo y descuido. Tienen un vínculo relativamente laxo con su familia. Experimentan desde pequeños la reserva y la distancia de sus padres. Es típico, que las personas expulsadas tengan una inmensa necesidad de recuperación de calor y protección. Por eso, muchas de ellas buscan una y otra vez a parejas y padres sustitutivos que puedan satisfacer esta necesidad. Deben adaptarse al hecho de que la pequeña cantidad de atención o aprobación que se les concederá tienen que ganársela cumpliendo las expectativas perfeccionistas de sus padres.

Dado que estas personas desde el comienzo les falta el sentimiento de ser importantes para otros, tampoco en la vida posterior hay algo que les resulte verdaderamente importante. A menudo se les encomienda la tarea de ser personalidades conformistas, incapaces de formular quejas y sin carácter, que aunque son rechazados por sus padres, tienden a idealizarlos igualmente.

Desde el punto de vista terapéutico, el reconocimiento de las estructuras de delegación puede dar como resultado la concepción de estrategias de reencuadre viables. Mediante la aplicación de concepto -de "delegación", los hijos son considerados como realizadores de servicios o importantes sacrificios para sus padres o, al menos, como ayudantes que merecen ser reconocidos por lo que hacen, y no tanto, como sintomáticos, carentes de control, fáciles de desviar, inmaduros, patológicos, etc. Este punto de vista con frecuencia permite corregir la epistemología de la familia en su conjunto.

Reconocer y desenmarañar estos conflictos es una tarea esencial de la terapia familiar. A veces resulta una tarea ardua porque las delegaciones suelen trasmitiese encubiertamente, por debajo del nivel consciente, con modalidades analógicas de comunicación, en lugar de digitales.


10.2. Registro de méritos.

Un "registro de méritos" o una "contabilización de méritos" es un sistema contable que se desarrolla abierta o encubiertamente en las familias. Sobre la base de estas cuentas, se negocia un balance justo entre los "débitos" y los "créditos" individuales a través de las generaciones.

BOSZORMENYI-NAGY acuñó la expresión "REGISTRO DE MÉRITOS" en un intento por expresar metafóricamente la importancia del deseo humano de justicia. No importa cuando ocurrió una injusticia, siempre, en algún punto futuro habrá un paso tendente a la retribución, aunque no necesariamente por el deudor original. Por otro lado, si un miembro de la familia sacrifica intereses y posibilidades personales por otro o por el bien de la familia, se siente con derecho a ser retribuido por ese sacrificio y esperará que se le reconozca. Si esa deuda no es pagada por la generación beneficiaria, a menudo se requiere que la generación siguiente "cancele la deuda"

Los problemas, en opinión de Boszormenyi-Nagy, surge cuando estajusticia es demasiado lenta o insuficiente, y entonces ocurre lo que él llama la "cadena de las retribuciones desplazadas". Un síntoma puede ser la señal de que hay una excesiva acumulación de injusticias.

Así por ejemplo, nos podemos encontrar con una madre que, angustiada al sentirse rechazada por su propia madre, busca compensación ofreciendo una "devoción total" a una hija suya. A esta hija, según el registro de méritos, se le pide restablecer la justicia familiar, dando a la madre lo que su propia madre no le dio. Si esta niña crece con un "inexplicable sentimiento" negativo hacia la madre "la amorosa", podemos, mediante la intervención terapéutica, cambiar la visión de los miembros de la familia. La negatividad de la niña no la veremos como un problema de su personalidad sino "en relación" a la demanda involuntario de una madre, que pide a su hija que compense las deficiencias de su propia madre.

En otro ejemplo podemos ver cómo el sacrificio de un hijo que está simbióticamente apegado a su madre, la cual, a su vez, estuvo privada efectivamente, es una manera de saldar esa vieja cuenta.

Hay que comentar, no obstante, que esta "visión lineal" y vertical de acontecimientos que caen sobre las generaciones, en el sentido de "algo ocurrió en el pasado que desencadenó comportamientos compensatorios hasta terminar en un síntoma en la actualidad", olvida el cuadro horizontal en el "aquí y ahora", y esto limita la riqueza de las claves contextuales, que indican al terapeuta lo que, en el presente, está manteniendo recurrentemente el problema.

10 .3. Parentalización.

La "PARENTALIZACION" es la asignación del rol parental a uno o más hijos de un sistema familiar o la asunción de ese rol por parte del hijo. Implica un modo de inversión de roles que está relacionado con una perturbación de las "fronteras generacionales". Un requisito importante para el funcionamiento de una familia es el mantenimiento de una jerarquía familiar, lo cual implica que los subsistemas de los padres y los hijos están delineados con claridad.

En las familias con hijos parentalizados, se puede suponer que las necesidades de los padres no fueron satisfechas por sus propios progenitores y que el deseo de verlas satisfechas se transfiere a los propios hijos. La parentalización es así una modalidad de "delegación". En cierto sentido, los hijos asumen el rol de los abuelos.

La parentalización es patológica sólo cuando no es recompensada o es infracompensada en el contexto del sistema de valores de la familia. En el transcurso del "ciclo de vida familiar", el grado de disfunción de la parentalización debe ponderarse con sumo cuidado. Mientras que la parentalización de un hijo muy pequeño constituye normalmente una excepción, la parentalización en etapas posteriores de la vida llega a ser legítima a medida que los padres envejecen y necesitan más cuidados, y el hijo adulto es colocado necesariamente en la posición de asumir un rol semiparental.


10.4. Triangulación.


La "TRIANGULACIÓN" se refiere a la expansión de una relación diádica, agobiada de conflictos, con el fin de incluir a un tercero (por ejemplo, un hijo), lo cual da por resultado el "encubrimiento" o la "desactivación" del conflicto.

Las partes en conflicto pueden hallarse ante el siguiente dilema: o bien una de ellas gana y la otra pierde, o bien la relación puede desintegrarse. En esas circunstancias, una solución puede ser la inclusión de una tercera persona. El perdedor en un conflicto puede compensar su frustración estableciendo un lazo abierto o encubierto con un tercero restaurando así el equilibrio de la relación diádica Así mismo, se puede evitar el conflicto si el tercero, por lo general un hijo, proporciona un problema, convirtiéndose en "chivo expiatorio", "cabeza de turco", o se le encomienda que genere una conducta problemática ("delegación").

La metáfora del "chivo expiatorio" se refiere a una situación en la cual los padres tratan de resolver un conflicto existente entre ellos buscando o exagerando problemas en otro miembro de la familia. Por lo general, la persona "designada" para servir de chivo expiatorio es un hijo.

El "triángulo perverso", término introducido por Haley, se refiere a la estructura patológica que adopta una relación entre tres personas, en la cual dos de ellas con diferentes niveles jerárquicos constituyen una coalición contra la tercera. Esta alianza adopta normalmente la forma de una trasgresión de las fronteras generacionales, en la que uno de los padres se une a un hijo formando una coalición contra el otro.


Por tanto, las características de este triángulo son:

1. Dos niveles generacionales.
2. Existe una coalición de dos, que se encuentran en distintos niveles, contra el otro.
3. La coalición se mantiene oculta. Es decir, el comportamiento que indica que existe semejante coalición será negado al nivel metacomunicativo.

Puede establecerse la hipótesis de que cuando se da una coalición de un padre con su hijo, también se da una coalición del padre con el abuelo. Así pues, cuando este triángulo en una generación siempre se ve acompañado de otro similar en el siguiente nivel de generaciones, podemos sospechar una "constante" en la red de las relaciones familiares donde los patrones en cualquier parte de la familia son formalmente los mismos que aparecen en otra parte.

Cuando este tipo de triángulo se da de forma repetitivo el sistema se volverá patológico.

MINUCHIN describió las diversas modalidades de estructuras trianguladas patológicas en su concepto de "tríada rígida". Esta expresión se refiere a las configuraciones relaciónales padres-hijos en las cuales el hijo es usado rígidamente para desviar o evitar los conflictos parentales.

Siguiendo a Minuchin, podemos representar cuatro tipos de tríadas:

1. Triangulación:

Describe una situación en que los padres, en conflicto abierto o encubierto, intentan ganar, contra el otro, el cariño o apoyo del hijo. Connota un intenso conflicto de lealtades.

2. Coalición progenitor-hijo:

Aunque la familia pide terapia para un niño problema, es una expresión más abierta del conflicto parental. Uno de los padres se pone del lado del niño contra el otro. Es difícil saber si es el niño o el cónyuge excluido el que tiene más problemas.

3. Tríada desviadora-atacadora:

Los padres toman al hijo como "chivo expiatorio". La conducta del niño es anómala y los padres se unen para controlarlo. Ambos padres, no obstante, están en desacuerdo sobre cómo tratarlo, por lo que su manera es contradictoria. Esta categoría incluye la mayor parte de desórdenes de comportamientos en los niños.

4. Tríada desviadora-asistidora:

Los padres enmascaran sus diferencias tomando como foco un hijo definido como "enfermo" Los padres muestran preocupación y sobreprotección. Esto los une mucho, y es un rasgo común en familias en las que la tensión se expresa en trastornos psicosomáticos.

Todas estas tríadas pueden encontrarse en las familias con hijos que presentan diversos trastornos de conducta. El objetivo de la terapia es apartar al hijo de su posición entre los padres, y ayudar a los padres a enfrentarse más directamente a sus problemas.

Cabe mencionar, siguiendo a Haley, que una persona participa, simultáneamente, en veintiún triángulos, (familia extensa donde hay dos padres y dos hijos, y cada padre tiene a su vez dos padres). Si todos viven juntos en armonía, no hay dificultad. Pero si un niño está en el nexo de dos triángulos que entren en conflicto, se encontrará en una posición difícil . Si su madre y su abuela materna están en conflicto con su padre y con la madre de su padre, tendrá que comportarse cuidadosamente, porque si complace a un grupo desagradará al otro.

Si los triángulos en que habita el niño se encuentran divididos, tendrá, que mostrarun comportamiento conflictivo para poder sobrevivir. Y semejante comportamiento a menudo es considerado como "anómalo" o "extraño".

Además de estos modos de triangulación patológicos, BOWEN y ZUK han descrito modalidades de triangulación eficaces terapéuticamente. En estos casos, el terapeuta alivia al niño triangulado ingresando en el triángulo. ZUK emplea la estrategia de ingresar en diferentes coaliciones y actuar como "intermediario", a fin de cuestionar y modificar la estructura de sistema.

..............................
http://perso.wanadoo.es/aniorte_nic/...p_famil_10.htm
http://www.scribd.com/doc/5578203/te...emica-Minuchin

Trans_Zen 13-ago-2009 14:59

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Venga por si alguno está pasando por lo mismo, cuento mi caso, que una vez expuse en un web de preguntas y respuestas:

Cita:

En mi casa se suceden frecuentemente episodios de Tríada "desviadora-atacadora", o Tríada, por parte de mi madre, para desviar conflictos conyugales (mi madre se vuelve en numerosas ocasiones muy irascible, susceptible, protestona, recriminadora, maniática, histriónica, exigente...), todo ello para intentar "demonizarme" ante mi padre (rescatador).

La relación conyugal sufre muchos altibajos, a a menudo discuten, solo se mantiene de pura dependencia ( emocional, económica y por los hijos)

Pero lo que no me cuadra es que ella pueda comportarse de esa forma sin sentir ninguna culpa o remordimiento, no sé hasta que punto ella puede ser consciente o no de su conducta maltratadora hacia mí, parece que está "poseída" en esos arrebatos. Mi única estrategia cuando se sucede esos intentos de demonizarme, es evitar meter "mas leña al fuego" y como mejor puedo intento defenderme o ignorar las provocaciones de mi madre, como si no existiera.

Mi padre adopta la actitud de rescatador/asistidor de mi madre, no mía, ésto es, que se alía con ella contra mí, por lo que pienso que los dos sacan una ventaja(triada desviadora), para olvidar/reprimir/desplazar su conflicto conyugal. Por eso hablaba de "demonizar", ella me demoniza ante mi padre, se hace oír ( protestas contra mí), ella a através de su actitud histriónica, protestona, logra enfadar a mi padre, como si apretara un gatillo, provocar su furia, ira, hacia mí, una reacción espontanea de él ("si mi mujer protesta es que algo grave habrá hecho éste"), el nunca se posiciona de mi parte, nunca, solo acepta las versión de los hechos de ella. Si alguien tiene que acarrear con las "culpas" que sea yo siempre, en mi caso no se puede aplicar el dicho "todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario", si de alguien hay que sospechar, que sea de mí primero. "¿Quién ha dejado la ropa tirada en el baño? ¿quién ha dejado la tapa de la cisterna abierta?" "¿Quién ha ensuciado tal cosa?" siempre uno salta con "ha sido él seguro" y ahora a ver cómo coño demuestro lo contrario (?).

El conflicto conyugal ( que lo hay y es grave, ellos dos no se soportan) se desplaza/proyecta en mí ( cabeza de turco), para que su relación sea mas llevadera (aliviar tensiones, resentimientos, etc.). Éso lo tengo muy claro, y veo que los dos están dispuestos a triangulizar (desviar-atacar).

Simpre las reconciliaciones entre ellos, despues de semanas de enfado sin hablarse, han sido posteriores a enfados conmigo ( desplazamiento/desvío del conflicto). Curiosamente la reconcilación incluye acercamientos y necesidades sexuales. Pero antes yo debo pagar el pato por todos ( me convierten en el cabeza de turco). Es como si todos proyectarán toda la mierda de la familia en mí, por eso pienso que yo soy el síntoma de algo que esta podrido en mi familia, pero que no se quiere sacar a a luz (represión), no conviene. Asimismo justo despues de una discusión matrimonial entre ellos, mi madre intenta desesperadamente triangular cuanto antes, hay veces que ni pasan 5 minutos.

Yo soy un "target" para mi madre, estoy en su punto de mira ( creo que de alguna manera saca tajada de mi neurosis propia, el hijo enfermito, el problemático). El pequeño es intocable, y el mayor mas de lo mismo. Osea que yo me llevo la peor parte siempre.
Bueno y el resto no se puede contar, en resumidas cuentas padres neuróticos que acarrrean sus propios conflictos, son fabricas de hijos neuróticos que reproducen el mismo patrón. Y esta necesidad de de buscar un "cabeza de turco" para aliviar o desviar "tensiones" en los grupos, está extendido en todos los ámbitos de la vida, incluso en geopolítica y manipulación de masas.

Yo soy el "niño sandwich" (mediano), y estos se llevan la peor parte dentro de una familia disfuncional o patológica. Pocos salen bien parados, más bien ninguno.

.....................
Hijo sandwich:
http://www.eluniverso.com/2008/07/06...60CB0855A.html
http://www.encuentra.com/articulos.p...187&id_sec=107
http://www.encuentra.com/articulos.p...187&id_sec=107
http://nadiaescalante.blogspot.com/2...-sandwich.html

usuarioborrado 13-ago-2009 18:33

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Hola Trans_Zen, he leido lo último que has escrito y hay cosas interesantes.

Parece que tu madre no tiene empatía (como la mía) y que manipula a tu padre (mi madre manipula a todo el mundo). En mi caso y respecto a lo que has escrito, mi madre se sacrificó cuidando a sus padres, a su hermana y siempre está sacando el tema, "con lo que ella se sacrificó para acabar sóla", yo me he ido de casa porque ya no podía más, y eso que mi paciencia con mi madre ha sido inmensa. Parece como pone en el texto que yo soy el que debo recompensarle por sus sacrificios. Me he puesto el nombre de Caín, porque somos dos hermanos, mi hermano es Abel y yo Caín, aunque no le he matado dandole con una quijada de asno en la cabeza (algunas veces, si que me han dado ganas).

No había leído nada de las triangulaciones perversas, hasta ahora, gracias por ponerlo.

Un saludo.

Trans_Zen 13-ago-2009 22:07

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 208604)
Hola Trans_Zen, he leido lo último que has escrito y hay cosas interesantes.

Parece que tu madre no tiene empatía (como la mía) y que manipula a tu padre (mi madre manipula a todo el mundo). En mi caso y respecto a lo que has escrito, mi madre se sacrificó cuidando a sus padres, a su hermana y siempre está sacando el tema, "con lo que ella se sacrificó para acabar sóla", yo me he ido de casa porque ya no podía más, y eso que mi paciencia con mi madre ha sido inmensa. Parece como pone en el texto que yo soy el que debo recompensarle por sus sacrificios. Me he puesto el nombre de Caín, porque somos dos hermanos, mi hermano es Abel y yo Caín, aunque no le he matado dandole con una quijada de asno en la cabeza (algunas veces, si que me han dado ganas).

No había leído nada de las triangulaciones perversas, hasta ahora, gracias por ponerlo.

Un saludo.

Parece que lo que experimentastes ha sido algo gordo, aunque pienso que se trata mas de consecuencia y daño final, que hechos acontecidos.

Yo no sé si mi madre es algo narcisista, carece de empatía, es egocéntrica... a mi me da que es un mecanismo suyo defensivo inconsciente, una estrategia aprendida, que como le sirve la sigue usando, reprimiendo cualquier vestigio de culpabilidad. Ella acarrea su propia neurosis, y por algún lado tiene que explotar, en este caso cogiendome de turco, y seguro de por medio algún rollo de identificación inconsciente con mi abuelo o con mi padre, algo así "como no puedo vengarme verdaderamente de quien me hizo daño, pues lo hago con quien me recuerda a esa persona".

A mi en el fondo ella me da pena, porque su cara refleja amargura, una amargura que no ha sabido ni puede encauzar.

Dante_ 14-ago-2009 04:37

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Creo que lo de la sobreproteccion es mi problema. Voy a leer mas de eso.

usuarioborrado 14-ago-2009 08:47

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Hola Trans_Zen , no te he entendido lo que quieres decir con "aunque pienso que se trata mas de consecuencia y daño final, que hechos acontecidos", si no te importaría explicarmelo.

Un saludo.

usuarioborrado 14-ago-2009 10:06

Respuesta: Familias disfuncionales
 
"El número de objetos disponibles en los que una persona puede vengarse de sus propios sufrimientos de infancia es casi ilimitado, pero en los propios hijos la descarga se produce en forma casi espontánea".

"Toda vida y toda infancia están llenas de frustraciones. Sin embargo, no es el sufrimiento causado por las frustraciones lo que produce las enfermedades psíquicas, sino la prohibición de vivir y articular dicho sufrimiento, aquel dolor ante las frustraciones padecidas. Al niño no le está permitido hacer ningún reproche a sus dioses: los padres y los educadores".

"Cualquier niño viene al mundo para crecer, desarrollarse, vivir, amar y expresar sus sentimientos y necesidades";
"Para desarrollarse, el niño necesita la ayuda de adultos que, conscientes de sus necesidades, lo protejan, lo respeten, lo tomen en serio, lo amen y le ayuden a orientarse";(En una familia disfuncional, los adultos no son conscientes de las necesidades del niño, mas bien al revés, el niño es el que tiene que ocuparse de las necesidades de los adultos, los adultos ni los protejen, ni los respetan, ni los toman en serio, ni los aman, ni nada);
"La reacción normal a una agresión debería ser de enfado y dolor. Sin embargo, en un entorno perjudicial, al niño se le prohibe enojarse y, en su soledad, el dolor le resultaría insoportable. El niño debe entonces ocultar sus sentimientos, reprimir el recuerdo del trauma e idealizar a su agresor. Más adelante, no sabe lo que ha pasado";
"Desconectados de su causa original, los sentimientos de enfado, impotencia, confusión, añoranza, aflicción, terror y dolor, conducen a acciones destructivas contra otros o contra uno mismo (adicción a drogas, prostitución, desordenes psíquicos y suicidios)". Por tu propio bien - Alice Miller

Trans_Zen 14-ago-2009 13:00

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207647)
Por supuesto que los padres son culpables, responsables o lo que sea.

Sólo hay que leerse "La teoría del apego" de John Bowlby.

Esto es sólo un artículo que he encontrado en internet, Bowlby tiene varios libros.

"Esta teoría fue desarrollada inicialmente por Bowlby en 1973 y ampliada por Ainsworth en 1978, la cual pretende explicar que a partir del vínculo que se establece entre el infante y su figura de apego determinará el desarrollo emocional y cognoscitivo de éste.

La conducta social en los primeros 4 años de vida es un proceso donde el pequeño establece conductas de apego con sus padres y familiares cercanos, y con ello adquiere la confianza necesaria para hacer nuevos amigos, integrándose a su ambiente escolar y comunitario.

Bowlby, 1973: “Denomino la teoría del apego como una forma de conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con determinadas personas en particular y un intento de explicar la amplia variedad de formas de dolor emocional y trastornos de personalidad, tales como la ansiedad, la ira, la depresión y el alejamiento emocional, que se producen como consecuencia de la separación indeseada y de la pérdida afectiva”.

Este autor conceptualiza al apego como la necesidad básica del ser humano por medio del cual se vincula afectivamente con otros; esto se da a partir de una relación primaria que marca el inicio de su vida afectiva interpersonal donde cualquier forma de conducta tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentar al mundo.

La teoría del apego es a un nivel fundamental de una teoría evolutiva de conducta social humana "de la cuna hasta la tumba" (Bowlby, 1979, p.129 citado en Simpson 1999); es decir que el tipo de apego que adoptemos en la infancia es la que conservaremos y aplicaremos en la vida adulta en nuestras relaciones interpersonales, ya sea con los familiares, amistades y con la pareja.

Según esta teoría, el sistema de apego en los niños les ayuda a facilitar la estabilidad y desarrollo a través de los periodos más vulnerables de la niñez. Este vínculo es una forma de establecer lazos afectivos fuertes con los demás, en donde se puede experimentar emociones de angustia, depresión, enfado cuando se es abandonado o se vive una separación o pérdida. Es un vínculo afectivo que se desprende de una tendencia a buscar la proximidad, el contacto, la atención, la seguridad, etc.; así mismo, funciona como un elemento que contribuye a construir relaciones afectivas seguras que proporcionen un sentimiento de bienestar.

Bowlby en 1973, propone que las personas presentan una tendencia innata a buscar vínculos de apego, los cuales brindan una satisfacción personal e influyen sobre la supervivencia de la especie, existiendo de este modo una tendencia de las personas a establecer fuertes lazos emocionales, siendo en la infancia establecidos con los padres en busca de protección y apoyo, los cuales continúan a lo largo de su desarrollo.

La teoría propone tres tipos de apego:

* 1. Apego seguro: es el cual la seguridad ha estado presente por la disponibilidad de objetos de apego a través de varias experiencias. Las personas con un apego seguro están libres de ansiedad y miedo, aun y cuando el objeto de apego no está a la vista porque ellos confían que su objeto de apego está disponible si lo necesita.
* 2. Apego ansioso/ambivalente: se caracteriza por una ansiedad crónica relacionada con el objeto de apego. Personas con este tipo de apego no confían en la accesibilidad y responsabilidad del objeto de apego, ya que éste no provee seguridad.
* 3. Apego evitante: es caracterizado por una reacción defensiva ante el probable rechazo del objeto de apego. Personas con apego evitante perciben que han sido rechazados por un objeto de apego, y en respuesta se protegen a ellos mismos, subsecuentemente rechazando o evitando el objeto de apego.


1. Apego seguro:

Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque en la situación experimental los niños lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban en presencia de la madre. Inmediatamente después de entrar en la sala de juego, estos niños usaban a su madre como una base a partir de la que comenzaban a explorar. Cuando la madre salía de la habitación, su conducta exploratoria disminuía y se mostraban claramente afectados. Su regreso les alegraba claramente y se acercaban a ella buscando el contacto físico durante unos instantes para luego continuar su conducta exploratoria. Al mismo tiempo en observaciones naturalistas llevadas a cabo en el hogar de estas familias se encontró que las madres se habían comportado en la casa como muy sensibles y responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando sus hijos las necesitaban.


3. Apego inseguro-evitativo:

Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque los niños se mostraban bastante independientes en la Situación del Extraño. Desde el primer momento comenzaban a explorar e inspeccionar los juguetes, aunque sin utilizar a su madre como base segura, ya que no la miraban para comprobar su presencia, por el contrario la ignoraban. Cuando la madre abandonaba la habitación no parecían verse afectados y tampoco buscaban acercarse y contactar físicamente con ella a su regreso. Incluso si su madre buscaba el contacto, ellos rechazaban el acercamiento. Su desapego era semejante al mostrado por los niños que habían experimentado separaciones dolorosas. En la observación en el hogar las madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a las peticiones del niño y/o rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, lloraban incluso en sus brazos.

La interpretación global de Ainsworth en este caso era que cuando estos niños entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia. Como habían sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier tipo de sentimientos hacia ella (Oliva, s/a).


2. Apego inseguro-ambivalente (ansioso-resistente):

Estos niños se mostraban muy preocupados por el paradero de sus madres y apenas exploraban en la Situación del Extraño. La pasaban mal cuando ésta salía de la habitación, y ante su regreso se mostraban ambivalentes. Estos niños vacilaban entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesitasen (Oliva, s/a).
El niño muestra ansiedad de separación, pero no se tranquiliza al reunirse con la madre. Son niños que muestran limitada exploración y juego, tienden a ser altamente perturbados por la separación, y tienen dificultad en reponerse después. La presencia de la madre y sus intentos de calmarlo fracasan en reasegurarlo, y la ansiedad del infante y la rabia parecen impedir que obtengan alivio con la proximidad de la madre.


Además de los datos de Ainsworth, diversos estudios realizados en distintas culturas han encontrado relación entre el apego inseguro-ambivalente y la escasa disponibilidad de la madre. Frente a las madres de los niños de apego seguro que se muestran disponibles y responsivas, y las de apego inseguro-evitativo que se muestran rechazantes, el rasgo que mejor define a estas madres es el no estar siempre disponibles para atender las llamadas del niño. Son poco sensibles y atienden menos al niño, iniciando menos interacciones.

Otros estudios (Isabella, Stevenson-Hinde y Shouldice, en Oliva, s/a) encontraron que en ciertas circunstancias estas madres se mostraban responsivas y sensibles, lo que habla de una capacidad de actuar adecuadamente a las necesidades de sus hijos. Sin embargo, el no hacerlo siempre hace pensar a los investigadores que el comportamiento de las madres está afectado por su humor y su grado de tolerancia al estrés.

El niño en este caso se comporta de modo tal que responde a una figura de apego que esta mínima o inestablemente disponible; el niño puede desarrollar una estrategia para conseguir su atención: exhibir mucha dependencia. Entonces acentúa su inmadurez y la dependencia puede resultar adaptativa a nivel biológico, ya que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. Sin embargo, a nivel psicológico no es tan adaptativa, ya que impide al niño desarrollar sus tareas evolutivas (Oliva, s/a).

Se encontró que la organización segura guardaba relación con la sensibilidad de la madre a las señales del infante, mientras que las dos formas de organización de apego inseguro/indiferente-evitativo y el abiertamente ansioso ambivalente/resistente estaban relacionadas, respectivamente, con rechazo materno y falta de predictibilidad de la madre.

Para Bowlby, los patrones de apego se mantienen a lo largo del tiempo, es decir que los "modelos de funcionamiento interno" del self y de los otros proveen prototipos para todas las relaciones ulteriores, siendo relativamente estables a lo largo del ciclo vital.

Los trabajos de Mary Main (1985) se ocuparon posteriormente en correlacionar la conducta del niño en la Situación Extraña con el discurso de los padres. Desarrolló mediciones y construcciones teóricas, basándose en las narrativas de padres y madres sobre sus experiencias relacionales. Main describió tres tipos de apego del adulto: seguro/autónomo, inseguro/desentendido (despreocupado) e inseguro/preocupado. La clasificación del apego se basó en la cualidad de los relatos parentales, dando más importancia a los patrones de pensamiento, recuerdos y relatos acerca de relaciones pasadas, que a sus contenidos específicos. Mientras que las personas clasificadas como seguras integran coherentemente sus recuerdos en una narración con sentido, las personas inseguras presentan dificultades en integrar las memorias de las experiencias con el significado de las mismas; y los desentendidos tienden a negar recuerdos, idealizando o minimizándolos.

Poniendo el énfasis en el concepto de Bowlby de "modelos internos de funcionamiento" de las figuras de apego, Main estableció que la adquisición de la capacidad de mentalizar es parte de un proceso intersubjetivo entre el infante y sus figuras significativas. Éstos pueden facilitar la creación de modelos mentalizantes. Un cuidador reflexivo incrementa la probabilidad del apego seguro del niño, el cual, a su vez, facilita el desarrollo de la capacidad de mentalizar. Es decir, considera que la armonía en la relación madre-niño contribuye a la emergencia del pensamiento simbólico.

Tanto el psicoanálisis como la teoría del apego sostienen que la sensibilidad materna desempeña un papel decisivo en el desarrollo de la psique. Algunas de las diferencias fueron señaladas por el mismo Bowlby. Entre éstas, la importancia que él le da al entorno familiar-extraño. La teoría del apego subraya el papel del ambiente en el origen de enfermedades mentales. Encontramos como pieza fundamental el papel desempañado por los progenitores o cuidadores. Estos planteos coinciden con las teorizaciones de varios autores como Winnicott y Bion acerca de la función materna. Encontramos similitudes con otros conceptos como madre suficientemente buena (Winnicott), dependencia madura (Fairbain), introyección de objeto bueno (Klein), confianza básica (Erikson).


Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207698)
La teoría del apego no es una teoría matemática como todo en psicología. Lo que trata de demostrar es la relación entre el cuidado de la madre y el tipo de apego.

"La teoría formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth sobre el apego o vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo constituye uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el campo del desarrollo socio-emocional. Lejos de verse debilitada con el paso del tiempo, dicha teoría se ha visto afianzada y enriquecida por una gran cantidad de investigaciones realizadas en los últimos años que la han convertido en una de las principales áreas de investigación evolutiva.

La teoría del apego constituye una de las construcciones teóricas más solidas dentro del campo del desarrollo socioemocional. Desde sus planteamientos iniciales, a finales de los 50, esta teoría ha experimentado importantes modificaciones y ha ido recogiendo las críticas y las aportaciones de distintos investigadores que, lejos de debilitarla, la han dotado de un vigor y una solidez considerable. El surgimiento de la teoría del apego puede considerarse sin ninguna duda uno de los hitos fundamentales de la psicología contemporánea."

A todo el mundo no le valdra, porque su baja autoestima, su inseguridad, su falta de confianza en si mismo puede ser posterior y no de sus padres.

Te aseguro Danimotero que lo que yo he hecho toda mi vida es justo lo contrario, engañarme pensando que mi familia no tenia nada que ver. Y es difícil aceptarlo. Yo sólo sabía una cosa segura, y era el rencor que he tenido siempre a mi madre, a partir de ahí es de donde empece a tirar del hilo hacia atrás, porque no es normal tener rencor a tu madre. Mi caso igual es un poco especial porque mi madre es una persona narcisista que me ha amargado la vida.

Resumiendo, la influencia de los padres en el desarrollo emocional de los hijos es indiscutible. Eso no quiere decir que cuando somos mayores la responsabilidad también sea de nuestros padres. "no se puede estar toda la puñetera vida diciendo que toda tu mierda es porque de pequeñito mama no te cogia lo suficiente", estoy de acuerdo, ni tampoco que tu seas el responsable de toda la mierda que te han echado encima tus padres, que puede ser mucha, te lo aseguro.



Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207658)
Yo creo que la genética influye. "El temperamento es la base biológica del carácter y esta determinado por el proceso fisiológico y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales". Por eso dos hermanos responden diferente si son criados de la misma forma.

Pero, Suerte, la teoría del apego demuestra la influencia de los padres en el desarrollo emocional del hijo, prácticamente desde que nace. Yo el problema de la fobia, lo veo emocional mas que racional, ya que se crea desde prácticamente el nacimiento. Según la forma que te traten tus padres, vas a ser inseguro, desconfiado, emocionalmente dependiente, etc y aún no tienes la suficiente edad como para darte cuenta de los problemas sociales. No se si me explico bien.

Suele pasar muchas veces en las familias, que un hijo sale al revés que el otro, pero tampoco es por casualidad, es por reacción contraria.

Tampoco todos tenemos el nivel de sensibilidad emocional igual.

<......................................>
http://www.bebesymas.com/ser-padres/...de-john-bowlby
http://www.angelfire.com/psy/ansieda...new_page_6.htm
http://www.aidep.org/uba/Bibliografia/T.Apego.pdf
http://static.scribd.com/docs/j4j1e7rr5q9f0.pdf
http://www.telefonica.net/web2/priet...yainsworth.doc

Trans_Zen 14-ago-2009 13:01

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207651)
Unos padres sobreprotectores no es algo accidental, sino que generalmente han crecido en una familia donde sus necesidades emocionales de afecto, amor y reconocimiento son denegados o satisfechos de modo insatisfactorio; sus padres han podido ser indiferentes, demasiados exigentes o haberles maltratado física o psíquicamente.

Es perjudicial hacer sentir al hijo el mejor del mundo porque luego, cuando no estén los padres para decirle lo maravilloso que es, inventará mil excusas para sentirse alabado por los demás y no reconocerá sus propios fallos. También es perjudicial hacerle creer al hijo que no vale nada, porque no logra ser lo que a los padres les hubiera gustado que fuese; así, se sentirá tan inútil que pensará que no es capaz de vivir sin ayuda.

Los padres con mensajes indirectos pueden llegar a influir tanto en la vida de un hijo que lleguen a transmitirle el miedo a que el hijo se independice y pueda valerse por sí mismo, con el terror de que el hijo pueda verse en una situación de riesgo o de dolor. Las expectativas de los padres se convierten en la del hijo, las ideas y juicios de éstos se interiorizan en el hijo y se proyectan en amigos y amantes.

Muchas veces los padres esperan tanto de los hijos, son tan exigentes, que los hijos, cuando son mayores, necesitan a alguien del que depender, ya sea amigo o compañero sentimental, igual que antes dependían de sus padres. Hasta podria ocurrir que esos niños, de mayores, intenten cambiar y hacer a su gusto a esa persona, de la misma forma que intentaba hacer su padre cuando era pequeño, pero el problema está en que es probable que nunca encuentren el ideal de persona, las relaciones se hacen difíciles, se hacen demasiado perfeccionistas y no llegan a sentirse llenos, siempre piensan que les falta algo, aunque a lo mejor esa persona es maravillosa, pero no se dan cuenta y se decepcionan.

También puede pasar que los niños que en su infancia han sido muy queridos, se han sentido tan abrumados que cuando son adultos tienen miedo a una relación estable, una relación que les absorba.

Estos hechos son simples hipótesis, lo que no quiere decir que todo niño sobreprotegido en la infancia vaya a tener los mismos síntomas en su edad adulta. Aunque existen mas probabilidades de que esos efectos sean más negativos que positivos y en casi todos los casos que no sean percibidos el las personas sobreprotegidas.

...................

Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207650)
Cuando sobreproteges a un niño, es como si le estarías demostrando que es un inútil. A sus compañeros no les hacen todo y a el si, eso lo nota el niño, no es tonto.

Lo de que "nos sobreprotegieron porque nos amaron demasiado", no tiene por que ser así. Puede ser por miedos de la madre a que le pase algo, madres que tienen miedo a todo, egoistas, que ni ellas mismas se dan cuenta de como son. Madres controladoras, etc.

Esto es parte de un artículo:

"Los padres dan amor a sus hijos porque es lo que sienten, pero existen otras muchas razones de dar, ayudar y obsesionarse por los hijos:

- Dar para apoyar la propia autoestima: una persona que nunca se siente bien consigo mismo intenta compensarse demostrando que puede ser un buen padre o una buena madre.

- Dar para compensar con creces la privación anterior: una frase muy común en los padres es "no quiero que mi hijo sufra todo lo que yo he sufrido".

- Dar para aliviar la culpa y la incomodidad: a veces las frustraciones del niño llevan a los padres a revivir sus propios fracasos y dolores y esto hace que se sientan incómodos y hacen que el niño se ahorre esas frustraciones haciendo por él lo que ellos podrían haber echo.

- Dar para llenar el vació interior. Muchas veces, matrimonios que fracasan se vuelcan en sus hijos para darles todo lo que a ellos les falta o les ha faltado en su infancia.

- Dar para compensar la ausencia del otro padre. Uno de los padres puede ser alcohólico, egoísta, estar enfermo, ser indiferente o tratar mal al niño; de esta forma, el otro se siente culpable y teme que el niño crezca con problemas emocionales si esta falta no es compensada, sin aliviar de todas formas la falta del otro padre.

- Dar para compensar la propia ausencia. Los padres están muy preocupados por su trabajo y están muy poco tiempo en casa; para compensar su ausencia les colman de regalos y les consienten en exceso.

- Dar a cambio del comportamiento del niño. Cada vez que el niño tiene una pataleta, para tranquilizarlos y no escucharlos le consiente lo que quiere. Así el niño aprende a cambiar su comportamiento a cambio de soborno y aprende a manipular a sus padres; cada vez las pataletas serán más grandes para conseguir más."


Trans_Zen 14-ago-2009 13:12

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Alice Miller es una psicoanalista suiza que se dio a conocer a finales de los 70 con 'El drama del niño dotado' (Tusquets). Desde entonces, su interés por los traumas de la infancia se ha trasladado a varios libros, como 'La llave perdida' y 'Por tu propio bien' (en la misma editorial). Desde el pasado otoño, puede encontrarse en las librerías ("puede", lo digo solamente porque yo lo he encontrado, a sugerencia de un especialista amigo y recomendador) 'El cuerpo nunca miente' (también en Tusquets Ensayo), quizá su trabajo más sinóptico y donde más relatada queda su postura. La propuesta es más o menos ésta:

«He llegado a la conclusión de que aquellos que en su infancia han sido maltratados sólo pueden intentar cumplir el cuarto mandamiento (Honrarás a tu padre y a tu madre) mediante una represión masiva y una disolución de sus verdaderas emociones (...) A esto hay que añadir que las personas maltratadas en su infancia a menudo albergan durante toda su vida la esperanza de recibir, al fin, el amor que nunca han experimentado. Tales esperanzas refuerzan el lazo con los padres, que la religión llama amor y alaba como virtud (...) Cuando una persona cree que siente lo que debe sentir y constantemente trata de no sentir lo que se prohibe sentir, cae enferma, a no ser que les pase la papeleta a sus hijos, utilizándolos para proyectar sobre ellos inconfesadas emociones».

Por maltrato, en Miller, hay que entender toda negación del afecto mediante el uso de la autoridad o de la violencia: su extremo es la tortura, pero entre medias, y también según Miller, se halla una epidemia extendida por la sociedad entera. Del intento de cumplir con el cuarto mandamiento -que tiene la estructura de un mandato feroz e inconsciente, más allá incluso de su explicitud- derivan las más variadas patologías físicas y anímicas, sin excluir las psicosis.

El libro es devastador a este respecto y una buena mirada sobre lo que pasa con los sentimientos ocultos a la fuerza (y sin ella). Para ilustrar el asunto, va de escritores a dictadores, pasando por el Vaticano (y su petición de compasión para Sadam Hussein, su significado oculto), entre otros casos particulares, en los que sobresalen algunos ejemplos de adicción y trastornos alimentarios.

El libro, continúo, está repleto de iluminaciones, la pena es que no sea un gran libro. La pretensión divulgativa, la necesidad de acometer la plaga y de enfrentarse a una gravísima patología de nuestra cultura hacen que la autora pase por encima de temas de calado y que haya afirmaciones que precisen de más rigor y documentación. En todo caso, yo que ustedes le echaría un vistazo. Además es clarito.

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http://www.elmundo.es/elmundo/2006/0...147098127.html

Trans_Zen 14-ago-2009 13:16

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 207770)
"La tolerancia de un niño no tiene límites, es siempre fiel y se siente incluso orgulloso de que su padre, que tan brutalmente lo castiga, nunca le haga daño a un animal. Está dispuesto a perdonarle todo, a asumir siempre toda la culpa, a no sentir odio alguno, a olvidar rápidamente todo lo ocurrido sin guardar rencor, a no contarle nada a nadie, a intentar mejorar su conducta para que no le caigan nuevas palizas, a descubrir porque está descontento su padre, a entenderlo, etc"

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Trans_Zen 14-ago-2009 13:29

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 206971)
Psicopatía y Narcisismo

Las personas narcisistas no tienen empatía (la capacidad o proceso de penetrar profundamente, a través de la imaginaciíon, dentro de los sentimientos y motivos del otro) y por eso no llega a darse cuenta del daño que hace a los que tienen al lado.
Podría ser una psicópata en vez de narcisista, los psicópatas tienen una buena autoestima, los narcisistas no, los psicópatas disfrutan haciendo daño, los narcisistas no son conscientes del daño que hacen. En cualquier caso, los psicópatas y los narcisistas son personas altamente manipuladoras.
Los narcisistas no admiten nunca ninguna crítica, y si la llegan a admitir les cuesta pocos días en recular y volver a pensar lo mismo. Su personalidad se basa en una imagen de si mismos, que se han construido y es tan frágil como un castillo de naipes, por eso cualquier crítica que pudiera tirar ese castillo no es admitida, porque sería tanto como devolverles a su baja autoestima.

Además te culpabilizan de todo, como ellos nunca admiten ninguna crítica, ningún fallo, ni nada, alguien tiene que tener la culpa ¿adivinas quién? El que está a su lado. Generalmente en la familia a alguien le toca el papel de chivo espiatorio y parece que te ha tocado a ti.

Todo esto te lo explican mejor en la dirección que te he dado.

Parece que coincide con lo de tu madre, la falta de empatía, la manipulación, no admitir ninguna crítica y la culpabilización.

Toda tu vida ha sido un infierno, el problema de esta clase de personalidad es que nunca vas a conseguir cambiar a tu madre, NUNCA, siempre va a ser así. Aunque en esta página te diga que los psicópatas no tienen solución y los narcisistas si, la cantidad de energía que necesitarías para cambiarla sería la de varias centrales nucleares. Estas personas son duras como el diamante y unas máquinas de hacer daño. Te aconsejo, que te alejes todo lo que puedas, ella siempre, SIEMPRE, te va a hacer daño.

Los hijos de familias narcisistas tienen una serie de características, baja autoestima, inseguridad, personalidad emocionalmente dependiente, no confian ni en ellos mismos ni en los demás, etc.

Por lo menos has podido darte cuenta de que tú no tienes la culpa, que todo lo que te pasa te lo ha causado tu madre con la complicidad de tu hermana, y ya se que ésto no te va a gustar, pero también la de tu padre, que no debería haber permitido que te haría daño, aunque el también es una víctima.

Se explica muy bien esta clase de relaciones en el libro El Acoso Moral: El maltrato psicológico en la vida cotidiana, de la psiquiatra Marie-France Hirigoyen, si lo lees te sentiras identificado.

Espero que puedas ir saliendo de tu situación poco a poco. Sobre todo no te sientas culpable de nada, tú eres la víctima.
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usuarioborrado 14-ago-2009 15:01

Respuesta: Familias disfuncionales
 
La verdad es que los que hemos tenido malas experiencias con nuestros padres, nos planteamos si tener hijos no es traerles al mundo sólo a sufrir. Nosotros, por lo menos tenemos la posibildad de darnos cuenta de lo que nos ha pasado, vivir los sentimientos que no pudimos cuando eramos niños y así no hacer lo mismo con nuestros hijos (el que los tenga).

Trans_Zen 14-ago-2009 15:31

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por Caín (Mensaje 208707)
Hola Trans_Zen , no te he entendido lo que quieres decir con "aunque pienso que se trata mas de consecuencia y daño final, que hechos acontecidos", si no te importaría explicarmelo.

Un saludo.

Solo que en apariencia sientes que tus padres no se han portado relativamente mal, pero en terapia con esta psicóloga, muy sensibilizada con todas las formas de maltrato infantil, víctimas de familias disfuncionales o simplemente padres que acarrean sus propios conflictos/neurosis... pues estoy sacando cosas a la luz que pensaba que no existían, estoy sufriendo algo así como un insight. Quizás es represión, algún mecanismo defensivo, negación de los hechos... Mi psico me dice cuando le enseño fotos de pequeño que ve un chico al que le han jodido la vida. Yo le digo que exagera, no recuerdo nada especialmente traumatizante, pero luego cuando me toca la fibra sensible sobre ciertas carencias y condiciones, lloro como un niño desconsolado, así que algo no cuadra. Quizás no se trata de si las experiencias han sido objetivamente graves, sino si han sido lo suficientemente perjudiciales, dependiendo de la persona, para dejar secuelas posteriores. No sé, en mi caso se junto el ser el mediano, mayores necesidades que los demás, cierta sensiblidad acentuada, precocidad, etc. Y sí, tambíen tengo sentimientos de odio hacia mi madre especialmente, hay algunos "juegos neuróticos" sutiles difíciles de dectectar.

Cita:

"Pero resulta que tendemos a trivializar las experiencias infantiles"

"Toda vida y toda infancia están llenas de frustraciones. Sin embargo, no es el sufrimiento causado por las frustraciones lo que produce las enfermedades psíquicas, sino la prohibición de vivir y articular dicho sufrimiento, aquel dolor ante las frustraciones padecidas. Al niño no le está permitido hacer ningún reproche a sus dioses: los padres y los educadores".

"La reacción normal a una agresión debería ser de enfado y dolor. Sin embargo, en un entorno perjudicial, al niño se le prohibe enojarse y, en su soledad, el dolor le resultaría insoportable. El niño debe entonces ocultar sus sentimientos, reprimir el recuerdo del trauma e idealizar a su agresor. Más adelante, no sabe lo que ha pasado";

"Desconectados de su causa original, los sentimientos de enfado, impotencia, confusión, añoranza, aflicción, terror y dolor, conducen a acciones destructivas contra otros o contra uno mismo

"...sino que generalmente han crecido en una familia donde sus necesidades emocionales de afecto, amor y reconocimiento son denegados o satisfechos de modo insatisfactorio; sus padres han podido ser indiferentes, demasiados exigentes..."

"La tolerancia de un niño no tiene límites, es siempre fiel y se siente incluso orgulloso de que su padre, que tan brutalmente lo castiga, nunca le haga daño a un animal. Está dispuesto a perdonarle todo, a asumir siempre toda la culpa, a no sentir odio alguno, a olvidar rápidamente todo lo ocurrido sin guardar rencor, a no contarle nada a nadie, a intentar mejorar su conducta para que no le caigan nuevas palizas, a descubrir porque está descontento su padre, a entenderlo, etc"

"Además te culpabilizan de todo, como ellos nunca admiten ninguna crítica, ningún fallo, ni nada, alguien tiene que tener la culpa ¿adivinas quién? El que está a su lado. Generalmente en la familia a alguien le toca el papel de chivo expiatorio"

"El que un ser humano ande en busca o se muestre "ávido" de afecto será siempre un indicio de que está buscando algo que nunca tuvo y no de que se niega a renunciar a algo porque durante su infancia lo tuvo en exceso".

usuarioborrado 14-ago-2009 15:56

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Si estás acostumbrado a que te culpabilicen siempre, toda la vida, prácticamente desde que naciste, es difícil quitarte esa culpa, el pensamiento automático que te va a salir es el de que tú siempre tienes la culpa.(Que desde luego no es verdad, tú eres la víctima)

Tienes suerte de estar con una psicóloga así, que entiende el problema, algunos psicólogos encima te echarían la culpa a ti por "supuestamente" no hacer nada, según Freud, te dirían que poco menos que eres complice. Esto ya es el colmo, encima de víctima, de todo lo que hemos tenido que tragar, encima complices.

A mi no me pegaban, era maltrato psicológico, pero igual es peor, porque no era tan claro como el físico. Los narcisitas nunca van de cara, te dan una de cal y otra de arena, si no sería más fácil plantarles cara. Y además si es tu propia madre, no tienes nada que hacer cuando eres niño, si quieres sobrevivir.

Trans_Zen 14-ago-2009 16:19

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Las personas ajenas a mi familia que tienen la oportunidad de quedarse unas horas o días en casa, en este caso novias de mi hermano, se dan cuenta del ambiente hostil que se respira, es todo latente, en apariencia no hay conflicto alguno...

Parce que todos están dispuestos a deshacerse de la culpa propia echándosela al otro, al que tenga mas a mano. :S Como es imposible descargar frustraciones, resentimientos inhibidos , mierdas del pasado no resueltas, entre ellos mismos, los descargan con un tercero.

Mi familia se sustenta a base de triangular, sino hace mucho tiempo que mis padres se hubieran separado. Como todo sistema entrópico se tiende al orden (homeostasis), pero para ello se paga un precio, alguno de sus elementos queda dañado o sirve como válvula de escape.

usuarioborrado 14-ago-2009 16:24

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Mi ex-novia también me decía cosas que ahora comprendo, sobre mi relación con mi madre, pero me costó mucho darme cuenta de la realidad.

usuarioborrado 14-ago-2009 20:48

Respuesta: Familias disfuncionales
 
"Hay madres neuróticas que no permiten crecer e independizarse emocionalmente a sus hijos, sino que cultivan una dependencia malsana y artificial porque son ellas las que necesitan y dependen psicológicamente de ellos. Entre estas madres, las más nocivas son las que, padeciendo severos trastornos emocionales -a veces bordeando la psicosis- maltratan psicológicamente a sus hijos con todas las variantes del dominio, la sobreprotección, la posesión, la invasión, la crítica, el desdén, la contradicción, la agresión, la anulación, la manipulación, la traición, la castración, etc. Esto las convierte en verdaderas parásitas de sus hijos y, como esas lianas gigantes de la selva que estrangulan a los árboles, los paralizan, debilitan y pueden acabar destruyéndolos. Los hijos, por eso mismo, son extremadamente dependientes e incapaces de alejarse de este tipo de madres, a las que odian tanto como se culpabilizan por ello, y transforman su inmenso dolor en complejos síntomas neuróticos (ansiedades, fobias, depresiones, autoagresiones, delirios, etc.). Éste es, en suma, el vínculo patológico. Una horrible y perfecta simbiosis madre-hijo/a, a menudo confundida por la sociedad con un "celoso amor de madre" que, según muchos autores , puede incluso generar trastornos psicóticos en los niños/as."

berenice1984 14-ago-2009 23:09

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Leyendo me doy cuenta de lo que mi madre más o menos era: narcisista.

berenice1984 14-ago-2009 23:35

Respuesta: Familias disfuncionales
 
y mis gatos fueron sobreprotegidos, ahora entiendo.

Trans_Zen 17-ago-2009 13:11

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

Iniciado por berenice1984 (Mensaje 208816)
y mis gatos fueron sobreprotegidos, ahora entiendo.

jeje, parece chiste. Tus gatos están castrados y traumatizados, pobres.

Trans_Zen 17-ago-2009 18:02

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Cita:

todos nuestros traumas son un ilusión, porque en la base estamos vivos, sanos, las enfermedades son gritos de : "mírenme, ámenme, me prohibieron algo, quítenme esa prohibición, y ese algo que me prohíben soy yo." Jorodowsky
YouTube - Alejandro Jodorowsky , Psicomagia - 2ª Parte

Trans_Zen 19-ago-2009 15:14

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Infancia

De la misma manera que Freud, Adler entendía la personalidad o el estilo de vida como algo establecido desde muy temprana edad. De hecho, el prototipo de su estilo de vida tiende a fijarse alrededor de los cinco años de edad. Las nuevas experiencias, más que cambiar ese prototipo, tienden a ser interpretadas en términos de ese prototipo; en otras palabras, “fuerzan” a esas experiencias a encajar en nociones preconcebidas de la misma forma que nuevas adquisiciones son “forzadas” a nuestro estereotipo.

Adler sostenía que existían tres situaciones infantiles básicas que conducirían en la mayoría de las veces a un estilo de vida fallido. La primera es aquella de la que hemos hablado ya en varias ocasiones: las inferioridades orgánicas, así como las enfermedades de la niñez. En palabras de Adler, los niños con estas deficiencias son niños “sobrecargados”, y si nadie se preocupa de dirigir la atención de éstos sobre otros, se mantendrán dirigiéndola hacia sí mismos. La mayoría pasarán por la vida con un fuerte sentimiento de inferioridad; algunos otros podrán compensarlo con un complejo de superioridad. Sólo se podrán ver compensados con la dedicación importante de sus seres queridos.

La segunda es la correspondiente al mimo o consentimiento. A través de la acción de los demás, muchos niños son enseñados a que pueden tomar sin dar nada a cambio. Sus deseos se convierten en órdenes para los demás. Esta postura suena maravillosa hasta que observamos que el niño mimado falla en dos caminos: primero, no aprende a hacer las cosas por sí mismo y descubre más tarde que es verdaderamente inferior; y segundo, no aprende tampoco a lidiar con los demás ya que solo puede relacionarse dando órdenes. Y la sociedad responde a las personas consentidas solo de una manera: con odio.

El tercero es la negligencia. Un niño descuidado por sus tutores o víctima de abusos aprende lo que el mimado, aunque de manera bastante más dura y más directa: aprenden sobre la inferioridad dado que constantemente se les demuestra que no tienen valor alguno; adoptan el egocentrismo porque son enseñados a no confiar en nadie. Si uno no ha conocido el amor, no desarrollaremos la capacidad para amar luego. Debemos destacar aquí que el niño descuidado no solo incluye al huérfano y las víctimas de abuso, sino también a aquellos niños cuyos padres nunca están allí y a otros que han sido criados en un ambiente rígido y autoritario.

Orden de nacimiento

Adler debe ser tomado en cuenta como el primer teórico que incluyó no sólo la influencia de la madre, el padre y otros adultos en la vida del niño, sino también de los hermanos y hermanas de éste. Sus consideraciones sobre los efectos de los hermanos y el orden en que nacieron es probablemente aquello por lo que más se conoce a Adler. No obstante, debo advertirles que Adler consideró estas ideas también como conceptos heurísticos (ficciones útiles) que contribuyen a comprender a los demás, pero no deben tomarse demasiado en serio.

El hijo único es más factible que otros a ser consentido, con todas las repercusiones nefastas que hemos discutido. Después de todo, los padres de un hijo único han apostado y ganado a un solo número, por decirlo vulgarmente, y son más dados a prestar una atención especial (en ocasiones un cuidado lleno de ansiedad) de su orgullo y alegría. Si los padres son violentos o abusadores, el hijo único tendrá que enfrentarse solo al abuso.

El primer hijo empieza la vida como hijo único, con toda la atención recayendo sobre él. Lástima que justo cuando las cosas se están haciendo cómodas, llega el segundo hijo y “destrona” al primero. Al principio, el primero podría luchar por recobrar su posición; podría, por ejemplo, empezar a actuar como un bebé (después de todo, parece que funciona con el bebé comportándose como lo hace, ¿no?), aunque sólo encontrará la reticencia y la advertencia de ¡que crezca ya!. Algunos se vuelven desobedientes y rebeldes; otros hoscos y retraídos. Adler creía que los primeros hijos estaban más dispuestos a desarrollar problemas que los siguientes. Mirando la parte positiva, la mayoría de los hijos primeros son más precoces y tienden a ser relativamente más solitarios (individuales) que otros niños de la familia.

El segundo hijo está inmerso en una situación muy distinta: tiene a un primer hermano que “sienta los pasos”, por lo que tiende a ser muy competitivo y está constantemente intentando sobrepasar al mayor, cosa que con frecuencia logran, pero muchos sienten como si la carrera por el poder nunca se realiza del todo y se pasan la vida soñando en una competición que no lleva a ninguna parte. Otros chicos del “medio” tienden a ser similares al segundo, aunque cada uno de ellos se fija en diferentes “competidores”.

El último hijo es más dado a ser mimado en las familias con más de uno. Después de todo, ¡es el único que no será destronado!. Por lo tanto, estos son los segundos hijos con mayores posibilidades de problemas después del primer hijo. Por otro lado, el menor también puede sentir una importante inferioridad, con todos lo demás mayores que él y por tanto “superiores”. Pero, con todos estos “trazadores del camino” delante, el pequeño puede excederles también.

De todas formas, quién es verdaderamente el primero, segundo o el más joven de los chicos no es tan fácil como parece. Si existe demasiada distancia temporal entre ellos, no tienen necesariamente que verse de la misma manera que si este rango fuese más corto entre ellos. Con respecto a mis hijos, hay una diferencia entre mi primera y segunda hija de 8 y 3 años entre ésta y la tercera: esto haría que mi primera hija fuese como hija única; la segunda como primera, y la segunda como la última. Y si algunos de los hijos son varones y otros chicas, también existe una diferencia marcada. Un segundo hijo de sexo femenino no tomará a su hermano mayor como un competidor; un varón en una familia de chicas puede sentirse más como hijo único; y así sucesivamente. Como con todo el sistema de Adler, el orden del nacimiento debe entenderse en el contexto de las circunstancias especiales personales de cada sujeto.
.................................
ALFRED ADLER

Trans_Zen 19-ago-2009 15:23

Respuesta: Familias disfuncionales
 
¿Umh como ven ustedes ser el mediano entre 3 varones, con diferencias de edad de entre 3-4 años. Quizás mi personalidad disfuncional se explique en gran parte con estas teorías del niño sandwich. Vamos que me ví en una encrucijada donde para sobrevivir tenía que destacar sea como sea, pura desesperación, lograr un sitio, "ser algo".

quiquefs 26-ago-2009 05:54

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Muy interesante el mensaje original. Yo todavia tengo esperanza de formar mi propia familia algun dia, de tener pareja e hijos. Y el articulo me viene bien para saber que errores no tengo que cometer con mis hijos, si algun dia los tengo, aparte de los errores que vi que mis padres cometieron con migo.

Trans_Zen 26-ago-2009 14:19

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Alice Miller es una psicoanalista que desde hace muchos años ya no ejerce su profesión. Decidió escribir libros. Sus obras nos cuentan los resultados de sus experiencias sobre cómo fue la niñez de mucha gente que llegó a su consultorio y cómo fue la de muchas personas famosas y no tan famosas. En sus libros, Alice Miller habla sobre las secuelas que dejan el maltrato físico, el maltrato psicológico y el abuso sexual en niñas y niños. En una mayoría de casos, los niños fueron golpeados, castigados y abusados “por su bien”. Alice Miller va más allá y no sólo habla de las secuelas individuales que sufre cada persona. También explica las consecuencias colectivas que el maltrato infantil tiene para toda la sociedad. Y enseña que una sociedad sólo mejora si logra romper la cadena de violencia. Lo más maravilloso es que nos demuestra que se puede, ¡que sí se puede!

De ella aprendemos que las experiencias emocionales desde el nacimiento, incluso desde antes de nacer, se graban en las células de nuestro cuerpo en un tipo especial de memoria. No se pierde nada. Estas experiencias se codifican como un tipo determinado de información y llegando a la edad adulta influyen --aunque inconscientemente-- en nuestro modo de pensar, sentir y en las formas en las que actuamos. Cuando nacemos dependemos de los adultos y nuestra dependencia nos lleva inconscientemente a desarrollar un comportamiento con el que agradar a las personas que nos rodean. Y lo hacemos así, a pesar de los maltratos que recibimos, porque para sobrevivir necesitamos alimento, cuidados y amor.

Los primeros años de la vida de una persona son los más importantes y una educación basada en el autoritarismo y la violencia causa graves daños. Cualquier golpe que recibimos en nuestros primeros tres años de vida nos afecta. En esos años termina de construirse la estructura del cerebro humano. Por eso es tan importante que en esa etapa los niños reciban amor y protección, y ningún tipo de crueldad, de menosprecio o de burlas.

En la mayoría de los países del mundo, también en Nicaragua, golpear a un niño suele ser un remedio habitual y permitido para educar. “Un golpe no hace daño”, decimos, para justificar esos golpes. Los adultos ejercen violencia contra los niños porque tienen el poder de ejercerla. Esa violencia queda grabada en la memoria de los niños y el aprendizaje que deja en ellos es que el único medio efectivo de comunicación disponible es la violencia. El niño no hace caso a los golpes porque ENTIENDA lo que le “piden” sus padres que haga. Hace caso y obedece por miedo a recibir más golpes. Adultos, padres, maestros, no les reconocen a la niñez el derecho de protesta ni le permiten expresar su rechazo a la violencia ni tampoco al abuso sexual que sufre de una persona ajena o de su propio núcleo familiar. Para aguantar estos dolores, los niños/as hacen todo lo posible para olvidar sus sentimientos y reprimir los recuerdos traumáticos y para continuar amando e idealizando a quienes los maltratan y abusan de ellos. No recordando se defienden. Es su medio de sobrevivencia. Después, en su vida adulta, quienes fueron niños maltratados ejercerán violencia contra sus hijos y justificarán la “educación” violenta que recibieron cuando eran chiquitos e indefensos. Un círculo vicioso. Una cadena interminable.

Alice Miller hace énfasis en la importancia de analizar y de enfrentar nuestra propia infancia. Propone reencontrarnos con la niña, niño que fuimos y que sufrió golpes, desatención, fajazos, gritos, insultos, abuso físico, psíquico o sexual. Propone también permitirnos como adultos (as) el dolor que en la niñez reprimimos. No es cierto que los recuerdos dolorosos se borran. Se quedan en la memoria y pueden causar muchas enfermedades para las cuales no tenemos explicaciones ni encontramos cura.

Dice Alice Miller que “las humillaciones, golpes, bofetadas, traiciones, abusos sexuales, mofas, burlas, desatenciones, son formas de maltrato, porque dañan la integridad y dignidad de un niño, aunque sus consecuencias no sean visibles inmediatamente. Como adultos, la mayoría de los niños maltratados sufrirán. Y peor: permitirán que otros sufran por estos daños”.


Cuando nos encontramos con ese niño/a que fuimos, y que vive en nuestro interior, es muy importante tener a nuestro lado a alguien que nos escuche y que admita que entonces sufrimos maltrato. Si tenemos esa persona a nuestro lado --una terapeuta, una amiga o alguien de confianza; Alice Miller las llama “testigos empáticos con conocimiento de causa”-- es también trascendental que esa persona nos haga sentir que no fuimos culpables ni responsables por lo que nos hicieron. Esa persona debe ayudarnos a sanar nuestra infancia y a reconocer que lo que ellos nos hicieron no estuvo bien. Esa persona no debe sugerirnos ni obligarnos a perdonar lo no perdonable. Mucho menos nos debe proponer el perdón “en nombre de Dios”. Trabajar las crueldades sufridas en la niñez, encontrarnos con el niño/a que fuimos, nos puede liberar de las secuelas de la violencia aguantada en silencio. Y a menudo nos liberará de depresiones, adicciones o pánicos. Y así lograremos no repetir la historia con nuestros hijos. Esto contribuirá a hacer mejor y más feliz a la sociedad.

Cuando fuimos pequeños no merecíamos golpes. Permitirnos sentir la tristeza por aquella violencia del pasado nos liberará de traumas acumulados. Y nos capacitará para no causar traumas a otros. Nos entrenará para protegerlos de la violencia sexual.

Otra enseñanza que encontramos en los libros de Alice Miller --en particular en “La Madurez de Eva”-- es que la cultura cristiana nos “obliga” (¡el tan predicado cuarto mandamiento!) “a honrar a padre y madre”, aun cuando hayamos recibido de ellos maltratos y abusos, incluso crueles. Es un camino equivocado. La verdad es la que nos hace libres. Y sólo la verdad es la que puede hacer libres a quienes nos maltrataron. Reconocer la verdad de nuestra infancia nos hará capaces de entender qué es realmente “honrar”.

En mi camino de sobreviviente de abuso sexual he tenido la dicha de encontrar personas --tanto entre psicólogas como en mi grupo de apoyo mutuo-- que fueron mis acompañantes empáticas. Después, leyendo a Alice Miller, aprendí a hacerme “testigo que ayuda” a niños/as, a adultas/os violentados en su niñez. Esto le ha dado un nuevo sentido a mi vida.

La página Web de esta escritora inteligente y luchadora www.alice-miller.com tiene ahora un enlace hacia una página en español, donde están algunos de sus textos, en los que encontrarán conocimiento y sabiduría. Algunos de sus libros son: El drama del niño dotado, El saber proscrito, Por tu propio bien, La madurez de Eva, El cuerpo nunca miente.
..........................
¿Qué aprendemos de Alice Miller? · ElNuevoDiario.com.ni

chuncho 10-oct-2011 03:37

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Saber que tus padres te han dañado desde que naciste, que no tuviste acceso a una persona que no te aconsejara que debes obedecer y respetar a tus padres y hoy con 42 años no puedo enfrentarme a esa mirada despectiva de mi padre, lo odio pero se que para sanarme debo controlar este sentimiento, se que no es su culpa pero como hago para perdonar si cada vez que voy a su casa no pasan de unos días para volver a humillarme.

katinka 10-oct-2011 11:34

Respuesta: Familias disfuncionales
 
Yo he crecido en una familia disfuncional y creo que esa es una de las causas de mi fobia social


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