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Antiguo 08-jul-2004  


Hola amigos.

Os propongo un reto, o... más bién un relato.

Creo recordar que cuando iba al instituto en la clase de Literatura un profesor nos habló de lo que era un Cadáver Exquisito, no sé si era exactamente así pero la idea era componer un texto entre varias personas, cada una escribía una parte y el resto continuaba donde se había quedado la anterior.

Yo empecé a escribir esta historia, sorpendentemente empecé por el final y luego me inventé el principio, pero me falta la parte intermedia, os invito a completarla, quien sabe lo mismo hasta se puede publicar.

Podéis hacer intervenciones tan breves como una sóla frase, como aquella historia breve pero llena de magia de Augusto Monterroso: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, o tan extensas como enciclopedias, pero entonces quizás alguien os pise el pie. Sólo os pido una cosa: que sean respetuosas con el personal, por lo demás tema libre.

Bueno una segunda cosa, para no liarlo, si queréis hacer algún comentario, solicitar alguna alclaración, añadir la firma, una nota, una felicitación o una dedicatoria hacedlo de forma que se distinga el texto, por ejemplo poniéndolo de otro color o bién separándolos en dos respuestas distintas.

Ánimo y a ver que nos sale.


PD: Ah! Se me olvidaba, también se puede proponer un título para la historia...

 
Antiguo 08-jul-2004  


COMIENZA EL RETO

 
Antiguo 08-jul-2004  


Capítulo I. Despertares.

Hoy el día ha amanecido lluvioso y gris, aún no me he levantado de la cama, ni siquiera he abierto los ojos pero lo sé: lleva años amaneciendo lluvioso y gris. Doy la penúltima vuelta en la cama mientras me resisto a despertarme, no tengo prisa, me gustaría no despertar nunca: morir, dormir, nada más, tal vez soñar,... ¿qué más dá?

Aprieto los ojos como cuando mi madre nos decía: -Dormid deprisa que mañana hay que madrugar-. Hoy no tengo que madrugar: es domingo, hace mucho que ya no miro el calendario pero lo sé: lleva años siendo domingo y también sé que jamás llegará a ser lunes.

Recuerdo cuando lo primero que me preguntaban mis compañeros el lunes era por lo que había hecho el fin de semana, yo nunca sabía que contestar, no es verdad, sí lo sabía pero no lo decía. Al principio me inventaba algún plan para poder contar, nadie se daba cuenta y era hasta divertido, como aquella vez que me preguntaron si salía con alguien “especial”, yo sin dudarlo dije que sí, y hasta me inventé un nombre, me sentía tan bien como si fuera verdad.

Siento frío, sin pensarlo alargo una mano intentando encontrar algo con qué arroparme. Definitivamente no creo que vuelva a coger el sueño, me revuelvo en la cama y me quedo mirando al techo. Siempre pienso que debería pintarlo pero hoy no me apetece, quizás el lunes... La lluvia arrecia y su sonido ensordecedor me invita a mirar hacia la ventana, si no estuviera echada la persiana vería la calle, mejor así. Sin embargo tengo ése repiqueteo metido dentro de mi cabeza y ya no lo aguanto.

El tic-tac del reloj de pulsera que está sobre la mesilla cada vez es más intenso, como queriendo decirme algo. Es un ruidoso reloj dorado y enorme que llevaba mi abuelo, me lo regaló el día que lo ingresamos en el asilo, decía que el ya no lo iba a necesitar más, al cabo de poco más de un mes murió dijeron que insuficiencia pulmonar, por el tabaco y eso, pero yo sé que no fue asi: mi abuelo murió porque ya no tenía ilusión por seguir viviendo, me pregunto como lo hizo..., el día menos pensado dejo de darle cuerda. Lo alcanzo y compruebo que ya es mediodía, sonrio.

La luz del sol entra filtrada por entre las persianas rayando las paredes de la habitación, afuera se escucha el bullicio de varios niños gritando, todo el mundo parece haberse levantado ya, en la escalera las vecinas se jalean porque han vuelto a subir el pan, algunas veces me acerco despacio a la mirilla y las contemplo durante horas en silencio. Dentro sigue lloviendo..., definitivamente creo que voy a levantarme.

 
Antiguo 08-jul-2004  

Jeje, como llegué primero pongo el título!!!!!!

UN SUSURRO DETRÁS DE LA PARED
 
Antiguo 08-jul-2004  


inquietante título y realmente veloz Underthesun, apenas te dió tiempo a leerlo, venga ahora capítulo II...

 
Antiguo 08-jul-2004  

"Me sacudo mentalmente tratando de alejar el estado anterior. Me lavo la cara con agua helada, y me visto.
Fase dos de mi yo. Ahora las escaleras, la calle, la paz armada de la urbe. Mi *automático* comienza a funcionar. Veredas rotas, miradas ausentes, el caos anónimo y tranquilizador me envuelve otra vez..."





Buena idea, MArtín_G
 
Antiguo 08-jul-2004  


Hay un grupo de chicos y chichas de mi edad ocupando casi toda la acera algo más adelante, bajo la vista e intento pasar sin hacerme notar, mientras fijo la mirada en la punta de mis pies pienso que soy invisible tras mis gafas oscuras, sonrio mentalmente.

De repente algo me golpea y pierdo el equilibrio, estoy a punto de estampanarme contra una furgoneta de reparto de pan que tenía la puerta lateral abierta y el conductor me mira como diciendo "ande vas!, que te vas a matar..." me giro y veo como en un flash al tio que salía del portal de al lado con un teléfono pegado a la oreja y que ha estado a punto de tirarme, ni siquera me ha mirado. Me dan ganas de coger una barra de pan y tirarsela a la cabeza pero ya casi ha llegado a la esquina y en la otra dirección escucho un coro de risas que me distrae de la idea.

Les doy la espalda y salgo corriendo por detrás de la furgoneta, al parecer no soy tan invisible, el aire se hace cada vez más denso y me cuesta trabajo respirar, un open corsa pasa junto a mi pitando desaforadamente y soltando un "a ver si miramooos....", mi corazón se acelera.

 
Antiguo 09-jul-2004  


Capítulo II. Cata.

El agotamiento de la carrera me hace detenerme junto a la puerta del Centro Comercial para tomar un poco de aire, una vez dentro me siento en un banco y espero a recuperar el aliento, no hay mucha gente a esta hora, por cierto -¿qué hora es?- debe ser tardísimo.

Siempre me pasa lo mismo: termino llegando tarde a las citas. La de hoy es especial: después de mucho tiempo voy a ver a mi amiga Cata que ha vuelto de Barcelona, es mi mejor amiga, bueno, en realidad es mi única amiga, tampoco se llama Cata, pero yo siempre la llamo así, una vez jugamos a cambiarnos el nombre y desde entonces ella ya siempre fue Cata.

Ya he recuperado el resuello y observo como junto a mi se ha sentado una señora con un montón de bolsas y una nube de niños pequeños alrededor, parece cansada y resignada, me confiesa: -estos zapatos me están matando-, yo le sonrío y me aparto un poco para dejarle más sitio, creo que es hora de que me encuentre con mi cita.

Todavía tengo el corazón un poco acelerado pero seguro que es de la emoción, podré superarlo, me dirijo a los aseos para recolocarme un poco. La imagen que devuelve el espejo no es muy alentadora: sobre una piel extremadamente blanca destacan unas ojeras oscuras, para colmo voy de negro. Ya es tarde para pensar en ello, me refresco un poco la cara y la nuca y salgo al encuentro de Cata.

 
Antiguo 09-jul-2004  

Efectivamente, alli esta ella, tan puntual como siempre y con esa sonrisa
tan acojedora, que disipa siempre todos mis temores.
Me acerco a la cafeteria, un poco vacilante. LLega la hora del aperitivo
y se va llenando de aquello de gente.
Hola, Cata!,saludo.
 
Antiguo 10-jul-2004  


Cata me estrujaba en un abrazo poco común clavándome sus pechos pequeños, redondos y duros al mismo tiempo que decía:

- !Qué alegría verte!

Por un solo segundo creí notar cierta vacilación en su angelical voz, no me dió tiempo a pensar más en ello a pesar de que me pareció que el abrazo duraba más de lo normal puesto que de reojo comprobé que media cafetería nos estaba mirando y empezé a notar que me faltaba el aire, instintivamente aflojé los brazos (estaba visto que ése día no tenía derecho a respirar) Cata debió entender el mensaje y se movió hasta colgarse de mi cuello para darme dos sonoros besos.

Para entonces la otra media cafetería ya estaba también pendiente del desenlace del encuentro. Cata es una de esas mujeres que hacen a los hombres volverse a su paso y hasta tropezarse mientras intentan cerrar la boca frotándose los ojos. Podría ser modelo si tuviera unos centímetros más pero entonces quizás dejaría de ser el bomboncito de figura de vértigo que era y sólo sería otra delgaducha larguirucha más.

Hoy venía especialmente arrebatadora con unos pantalones pirata justo por debajo de la rodilla, unas sandalitas finísimas y altísimas y un top a rayas azules y blancas sin nada más debajo, como siempre, y que dejaba al descubierto sus perfectamente bronceados hombros sin marcas, salvo una runa céltica tatuada, y el ombligo, con un discreto piercing.

Llevaba una melena rubia corta y graciosamente desgreñada, pero quizás lo más inquietante y que más llamaba la atención era la inmensa profundidad de sus ojos verde-mar.

Definitivamente era referente y envidia de toda mujer con deseos de levantar pasiones en los hombres, éso sin conocerla, porque además era una mujer segura de sí misma, que siempre había hecho lo que había querido, atrevida como ninguna, simpatica, ocurrente y con un angel especial, lo que no tardabas en comprobar una vez salía de la habitación en que se encontrara y, en definitiva, con una personalidad que te envolvía en cualquier asunto en cuanto se lo propusiera.

Yo la adoraba, y no dudaría en enrollarme con ella, si no fuera porque no me gustan las mujeres, aunque si alguna vez cambiara de opinión me encantaría hacerlo con ella... o con alguien como ella.

 
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